Amigos, el homo festivalensis ha entrado en fase de reflexión tras acudir a la reciente edición barcelonesa del festival Summercase (SC). La coincidencia en las mismas fechas con el FIB y el creciente cazurrismo apreciado este año en el Fórum me lleva a pensar que ya veremos qué hago el año que viene en caso de coincidencia. Eso sí de comprar la entrada con meeeeeeeses de antelación confiando en que así ahorro dinero, ni hablar.
En fin, paso a desgranar mi experiencia de hace unos días. El viernes, accedo con facilidad al recinto y aprecio que el chanchullete de Radiohead sirvió de prueba piloto para muchos aspectos del SC, unos buenos y otros no. Asimismo, me digo 'tate, el año pasado había más gente'. ¿El efecto FIB? Puede ser.
Apenas las siete de la tarde y me senté en las gradas a reposra mi maltrecho tobillo y a escuchar a Edwyn Collins. Este hombre, un histórico de los 80 con Orange Juice y dueño de una insigne carrera en solitario, ha sufrido recientemente graves problemas de salud y anda delicado. Por ello, aunque simpático y entrañable, su pop neoclásico me pareció falto de fuerza. No obstante, muchos de sus fans juran y perjuran que fue elmejor momento del festival. En fin, las opiniones. Nota a favor: llevaba de guitarrista a otro ilustre, Roddy Frame, el de Aztec Camera.
Luego, Ian Brown. El ex Stone Roses debería pensar para qué saca discos desde hace más de una década si son un truño inaguantable y la única razón de sus conciertos es el momento-repesca de los clásicos de la banda mancuniana. Esta vez recuperó 'Waterfall', 'Made of stone' y 'I am the resurrection', todas al final, y no cayó 'I wanna be adored', que es la única razón por la que yo pagaría por ver cantar a este tipo. Nuevo detalle guest starring: Como luego tocaban Primal Scream, subió el también ex Stone Roses Mani a tocar el bajo en los temas antes citados. Confieso, por cierto, que esto lo he leído, porque en directo ni me enteré.
Pausa para tirarme en el césped viendo chatis y devorando el bocadillo, que no al revés. Arranca Grinderman, el proyecto power blues de Nick Cave, y, pese a la lejanía y a que aún hace sol, resulta atrayente. Cuando me levanto y me acerco, compruebo el error que cometí no acudiendo a Badalona hace unos meses a ver al australiano con los Bad Seeds.
Interpol, por su parte, demiostraron tener un directo carente de fuerza y de alma. Correctos, pero planos, y mira que había miles de personas dispuestas a aplaudirles lo que fuera. A mí me gustan lo justo, de hecho considero que cada nuevo disco es peor que el anterior, defecto por otra parte de la mayoría de bandas de cierto nombre.
¡Siguiente! Pues tocaba ahora examinar a The Verve, el típico regreso de un grupo que nadie había echado en falta. Tienen tres buenas canciones -'Lucky man', 'Drugs don't work' y la que se imaginan- mientras que el resto de su discografía -por suerte, breve- se reboza en una neopsicodelia de lo más estomagante. De hecho, el primer álbum en solitario de Richard Ashcroft contiene más equilibrio que un recopilatorio de The Verve. El concierto, farragoso y con los chispazos puntuales antes mencionados.
Un bolo rutinario de Primal Scream vale por carreras enteras de otros artistas. Dicho esto, pues recalcar que, efectivamente, Gillespie y compañía ofrecieron una actuación competente, que no incendiaria, lo que hablando de estos sujetos resulta casi imperdonable. Presentaron algunos temas nuevos, con desigual resultado, y jugaron sus bazas más fáciles para el público festivalero: el trío 'Jailbird', 'Rocks' + 'Country girl'. Por suerte, se acordaron de cuando eran un grupo excitante como ninguno y brindaron joyas como 'Shoot speed, kill light' o 'Swastika eyes'. Como todos los conciertos del SC, breve.
Al fin de fiesta con 2ManyDJs poco hay que objetar. Bueno, que empiezo a tener la sensación de que ponen un CD o una playlist o lo que sea, porque sus sesiones me parecen siempre la misma de un tiempo a esta parte. Será que afino el oído, que me hago mayor o que voy menos encebollado. A saber.
Tema + vídeo del día: 'Swastika eyes', PRIMAL SCREAM