viernes, 24 de febrero de 2012

Maestría consolidada


El mejor Josele Santiago post Enemigos que he visto nunca en directo me alegró la noche del pasado sábado en La 2 de Apolo. Acompañado de Sietesuelas, un clásico trío guitarra-bajo-batería, el ahora residente en Castelldefels abandonó la placidez del piano y la guitarra acústica que ha caracterizado su carrera en los últimos años y se entregó a un sonido más eléctrico, con las guitarras entrecruzándose en esos medios tiempos cálidos que pueblan 'Lecciones de vértigo', editado hace unos meses.

En cierto modo, sonó más a Los Enemigos de 'An-tonio' que al Josele que ha alumbrado álbumes como 'Las golondrinas etcétera' o 'Garabatos'. Mención especial al guitarrista de Sietsesuelas por la complicidad que supo entablar, sin alardes, con el protagonista de la velada, muy a lo Richards & Wood en 'Beast of burden' por poner un ejemplo. Los momentos top, que diría Mourinho, fueron un estremecedor 'Sol de invierno' y un 'Ole papa' con la parroquia coreando mientras los ejecutantes se soltaban la melena a las seis cuerdas.

Cayó prácticamente entero su último disco y rescató al final algunas canciones de sus álbumes anteriores para cerrar con una joya enemiga -'Complejo'- y un 'Around and around' (Chuck Berry) horriblemente cantado, qué le vamos a hacer. Un concierto sobresaliente, en definitiva, al que quizás le sobraron diez minutos para optar a la matrícula de honor.

Y se acordó de dos grandes: Su padre -el día en que se cumplían dos años de su muerte- y Enrique Sierra. Bravo.

Vídeo del día: 'Tragón', JOSELE SANTIAGO

viernes, 17 de febrero de 2012

Elemental (o no tanto)


Estoy viendo un 'Sherlock' a diario y a veces casi me pongo a aplaudir. Qué gran acierto de cásting el tipo este de la cara de gremlin que atiende por Benedict Cumberbatch -hasta el nombre es estupendo y cien por cien sherlockiano- y qué bien hallado el tono actual para que no eche atrás a los fans del Holmes literario. Pensaba que 'House' era la mejor aproximación moderna posible al personaje, pero, como acostumbro, me equivocaba. La miniserie de la BBC galesa ha logrado la traslación perfecta de un personaje genuinamente victoriano a estos tiempos de móviles y GPS sin perder un ápice de la magia original, lo que, en estos tiempos de remakes y secuelas sin sentido, es digno de encomio.

Inciso: Ya que mi querido X. me planteó el otro día por qué House era el nuevo Holmes, me explico: Un tipo brillante, con una inteligencia insultantemente superior a la media, misántropo hasta extremos despreciables, un auténtico sociópata al que no le interesan las personas sino los retos, los desafíos; con una habilidad especial para la música y la química, algo común entre mentes fuera de lo común; que libera tensiones por medio de una adicción y que, cosas de la vida, vive en el 221 B. ¿De quién estoy hablando?

Volviendo a la versión de la BBC, quizás el mayor acierto sea guardar la mayor fidelidad posible a los textos de Conan Doyle. Así, los seis episodios emitidos hasta ahora -dos tandas, llamarlo temporada me parece excesivo, de tres- corresponden a otras tantas historias del padre de la criatura: 'Estudio en escarlata', 'Los bailarines', 'Los planos del Bruce-Partington', 'Escándalo en Bohemia', 'El perro de Baskerville' y 'El problema final'. En todos ellos, lógicamente, se han modificado persoajes y situaciones para adaptarlos a nuestar época, pero desde un prisma global, todo está en su sitio. Y, aunque la fidelidad sea un valor a tener en cuenta, ejem, lo mejor de ella es que funciona.

Lo curiosa de esta producción es que se rodó un episodio piloto que nunca fue emitido. Según se filtró en el Reino Unido, las tramas posteriores son mucho más complejas que lo esbozado en este capítulo nonato. Bien mirado, el genio al que se le ocurrió un remake garbancero de 'Cheers' también podría haber aparcado el asunto hasta reconsiderarlo, como hicieron Stephen Moffat -un grande de la TV británica- y Mark Gatiss.

Aunque siempre sea recomendable optar por la V.O., en este caso la diferencia entre los matices del delicioso inglés sherlockiano y el doblaje cobra especial relevancia cuando entra en juego el malo de la función, el malvado James Moriarty. Encarnado brllantemente por Andrew Scott, su pinta y su manera de hablar resultan a cual más inquietante. Ya verán. Y olvídense de las patochadas de Robert Downey y Jude Law.

Vídeo del día: 'Mirror man', THE HUMAN LEAGUE

miércoles, 8 de febrero de 2012

Del cielo a las catacumbas



'U2 From the sky down': Hace unos meses se reeditaba con todo lujo de detalles 'Achtung baby', el disco que reconvirtió a U2 -no duró mucho- y, posiblemente, su mejor obra. Coincidiendo con la efeméride, llega un documental que plasma no tanto la grabación del álbum sino el proceso que desembocó en su alumbramiento. O 'De cómo U2 se sintieron capaces de enseñar el rock americano a los americanos, hicieron el ridículo, lo asumieron y quisieron salir de ese pozo creativo'. Particularmente, lo que más me ha interesado del documental no es la gestación de 'Achtung baby' sino la descomposición creativa del cuarteto en el embrollo 'Rattle and hum', disco y película, y cómo llegan a ser conscientes de ello. El resto, normal, para fans poco exigentes. Salvo el cierre, una brutal toma tecnificada de este verano en Glastonbury de 'Even better than the real thing', que me dejó clavado en el sofá.




'Kurt Cobain: About a son': Este ya tiene cinco años, pero tranquilos, que no se han perdido nada. Aburrimiento puro y duro a cargo del difunto Cobain in his own words. El periodista Michael Azerrad pasó varias tardes con Kurt en las que éste desgranó su vida para elaborar el libro 'Come as you are. The story of Nirvana'. El director A.J. Schnack ha empleado 25 horas de cinta para crear un tostón de 95 minutos en el que la voz de Cobain repasa su infancia, adolescencia, juventud y éxito con Nirvana sin poder emplear imágenes del difunto ni música de su banda. Cuestión de derechos. Todo este ejercicio de recreación de ambientes de Aberdeen, Olympia o Seattle con una banda sonora basada en los gusto del chaval se hace no ya largo y cansino sino lo siguiente. Además, el joven Kurt, en sus años de punk rocker previos a la fama solía comportarse como un auténtico cretino, lo que a algunos les parecerá muy alternativo pero no es mi caso. Lo poco que me ha interesado, ya en la etapa exitosa de la banda, tiene que ver con las dificultades de lidiar con la -entonces poderosa- industria discográfica.



'Part of the weekend never dies': Los belgas Soulwax, más conocidos en su faceta de pinchadiscos como 2 Many DJs, ofrecieron en 2006 una serie de shows en los que alternaban sus dos identidades, las de combo rock -autoremezclados y bajo el alias de Soulwax Nite Versions- y las de discjockeys sin prejuicios, además de contar con las actuaciones de invitados como LCD Soundsystem o Tiga. El resultado, un fiestón itinerante por los cinco continentes grabado de forma precaria que alterna tomas de los hermanos Dewaele en vivo y en la carretera junto a sus impagables fans, algunos con colocones francamente graciosos. Y poco más. Mejor verlo de noche que de día y mejor no hacerlo si uno se está quitando de algo. No sé si me explico.




'Venid a las cloacas: la historia de la Banda Trapera del Río': La sorpresa de la tanda. Primero, porque recordaba mucho más plomizo el protopunk de los de Cornellà, y segundo, porque la cinta excede el género para trazar un retrato sincero y poco complaciente del ciclo autodestructivo que afrectó a varios componentes de la Trapera. Además de ejercer una competente labor desmitificadora, 'Venid a las cloacas' funciona como radiografía de una escena nacional no ya incipiente sino casi inexistente. Las alusiones a Miguel Ríos, Ramoncín o Loquillo son, en este caso, devastadoras. Documental obligatorio.

Vídeo del día: 'Ciutat podrida', LA BANDA TRAPERA DEL RÍO