viernes, 29 de junio de 2007

Hay que tener cara



De adolescente, me partía de risa con Mikimoto, el iconoclasta presentador de TVE-Catalunya y, sobre todo, TV-3. Tenía gracia, se mantenía serio, y era cañero. Con los años, Miquel Calçada se convirtió en uno de los iconos de la cadena autonómica, y fue seleccionando las dianas de sus dardos, convirtiéndose en el epítome del humor de TV-3: hay que reírse de los de fuera, no de los de casa.


Con esta valiente premisa, a nuestro hombre le fue bien en la vida, y el Gobierno convergente le fue premiando con licencias radiofónicas para extender un modelo de radio rompedor: la radiofórmula de toda la vida, pero en catalán. Calidad cero, innovación cero. Todo sea por la normalización.


Pero, ay, llegó el pastel de la televisión local. Calçada y su socio Carles Cuní aspiraban a repetir pelotazo, y al principio no les fue mal. Pero el horizonte de la TDT amenazaba tormenta para las emisoras que no estuvieran integradas en solventes grupos de comunicación, así que la Generalitat, auún con CiU, les excluyó de la tarta digital. Resultado: Mikimoto parece Loquillo, pero por el otro bando. Se siente boicoteado, odiado, ultrajado y despreciado.


Calçada enarbola la bandera de la lengua y la nación -ya saben, en caso de duda el argumento de 'por Catalunya'- para lamentar que el pelotazo lo hayan dado otros, en este caso, el Grupo Godó. Curiosamente, no recuerdo a Mikimoto pedir más pluralidad o más transparencia cuando le concedían emisoras de FM en las comarcas del interior de Cataluña.


O cuando la oposición no salía ni en pintura en los medios públicos catalanes donde él era la estrella. De la familia real se reía, me acuerdo, pero de la familia Pujol -con una esposa que se lanzaba en paracaídas y unos hijos que hacen negocios a cuenta del padre- no me suena haber visto nada.


Ah, y además, el amnésico Calçada no se acuerda de que hizo un programa en castellano desde TVE. No duró mucho, supongo, porque el patriota debió sentir una comezón indicativa de que estaba traicionando el espíritu de los almogávares. Sobre esta etapa, ni un comentario en la entrevista del otro día en BTV ni en la que publica hoy www.lavanguardia.es/. La memoria es débil.



Tema del día: 'Dance', JUSTICE


jueves, 28 de junio de 2007

Las ventajas de ser de aquí



Las estadísticas señalan que la musiquilla y la pequeña pantalla son los dos asuntos a los que este blog dedica mayor atención. Para no contradecir esta tendencia, el soliloquio de hoy versa sobre ambos: Anoche vi en Digital + la película 'Glastonbury', sobre el festival homónimo que se celebra en Gran Bretaña desde 1971. El film recoge fragmentos de actuaciones de los últimos años, pero sobre todo, material documental sobre el público asistente durante 36 años. Creo que me van a faltar palabras...


Cifras: En España, el festival que más público atrae es el Viña Rock, con unas 40.000 personas, que recientemente se mudó de Villarrobledo (Albacete) a Benicàssim y se celebra a finales de abril. Bien, Glastonbury acogió la semana pasada a 148.000 almas. Sus dimensiones, obviamente, son enormes, y se desarrolla en una zona de prados del sudoeste de Inglaterra. El evento coincide con San Juan, ya que en principio nació como una reunión hippy vinculada al solsticio de verano.


Durante años, se celebró de forma paralela a otro festival similar en Stonehenge, el conjunto megalítico que inspira a los druidistas y otros zumbados con escaso apego al jabón. Bien, Stonehenge acabó como el rosario de la aurora -tremendas imágenes de los hippies molidos a palos por la policía- y el organizador de Glastonbury acogió generosamente a toda la tribu de lo que la peli llama 'viajeros' (travellers) y que son esos perroflautas sin oficio ni beneficio que viven en furgonetas.


Durante décadas, los travellers fueron el signo de identidad de Glastonbury, y contribuyeron a hacer del recinto una especie de república independiente de cuatro días donde imperaba la anarquía y el (supuesto) buen rollo. Hasta que los incidentes y la creciente agresividad llevaron a un divorcio traumático que el documental recoge de manera sensacional.


Lo mejor de todo esto que explico es ver y escuchar al sr. Glastonbury en persona, Michael Eavis. Un hombre tranquilo y de buen corazón, al que le han hecho las mayores perradas del mundo, y no guarda rencor a nadie. Después de 36 años, el hombre sigue en la brecha, con un evento superprofesionalizado, pero es admirable su visión idealista del asunto.


En cuanto a la romántica imagen que algunos tienen de los 'travellers', los conocedores del FIB de los viejos tiempos no olvidarán su presencia en los aledaños, que convertían en el mayor zoco de estupefacientes del continente. Cada primavera merodean también por las Alpujarras, en Granada, sin que falten anualmente accidentes y muertes extrañas.


Volvamos al film. El inmenso recinto del festival acoge cinco o seis escenarios 'oficiales' y un sinnúmero de carpas, tiendas, entarimados, etc. que dan la oportunidad no sólo de escuchar conciertos sino de contemplar todo tipo de espectáculos. La peli muestra un amplio ramillete, aunque el genuino espectáculo de Glastonbury es el barro.


Siempre llueve -poco o mucho-, así que el barrizal es descomunal. Y, dada la afición la bebida del inglés medio, los resultados son imaginables. Además de alcohol, el documental ofrece una selección de perjudicados por distintas sustancias que no tiene parangón. Como enciclopedia audiovisual de las drogas y sus efectos también resulta valioso.


Ah, la música. Desde que la BBC graba las actuaciones para emitirlas posteriormente, casi todos los grandes han pasado por Glastonbury. El film cuenta con fragmentos de shows de David Bowie, Radiohead, Björk, Primal Scream, Blur, Babyshambles, Morrissey o Chemical Brothers entre otros. Entretenido es.


Visto el documental, extraigo la enseñanza de que nunca iré a Glastonbury. No me gusta el barro, ni dormir en una tienda, ni la lluvia ni las hordas de ingleses. La suerte que tengo, con el Primavera Sound o el Summercase, de asistir a un festival de primer nivel y descansar en mi cama no tiene precio. Creo que lo valoraré más y me quejaré menos.


Tema del día: 'Human behaviour', BJÖRK


martes, 26 de junio de 2007

Si te ofrecen droga, di no



A nadie se le ocurriría contar con Pete Doherty o los Rolling Stones para un concierto contra las drogas. Sin embargo, en España, la Fundación Ayuda contra la Drogadicción elige a dos de los tres integrantes de Mecano para un acto promocional, que, vale, no es como sacar a Antonio Vega, pero es que parece que crean que nos chupamos el dedo.


La fiebre de los conciertos benéficos, que arrancó a escala internacional en 1985 con el Live Aid de Bob Geldof -artista por otra parte de innumerables éxitos-, llegó a España poco después, en los últimos coletazos de los grandes grupos de los 80. Sobre uno de estos festivales, un conocedor de la noche madrileña me relató años ha escenas entre bambalinas más propias de la peli 'Airbag' que de lo que se trataba, que era de decirle 'no' a la droga. Como también hizo Maradona en un histórico spot.


A mí, un concierto benéfico me parece mal, sea contra la droga o los daños de un tsunami. No crean que soy un insolidario, pero me parece una exaltación del oportunismo de artistas con deseos de promoción. Si quieres ayudar, anuncia tras un concierto, no antes, que donas todo lo recaudado -o tu caché- a la causa que quieras.


Bien, mientras escribo estas líneas, esto es lo que acontece en Madrid: "Nacho Cano y Ana Torroja, ex componentes del grupo Mecano, volverán hoy a cantar juntos en Madrid, con motivo del Día Mundial Contra la Drogas, en una sesión especial del musical 'Hoy no me puedo levantar' y en una concentración musical en la plaza de Colón, donde interpretarán el tema 'Me cuesta tanto olvidarte'. Hace más de 14 años que ambos artistas no suben juntos a un escenario".


¿Oportunismo? Más que Van Nistelrooy. Además, dentro de la más vomitiva ramplonería, el tercer componente del conjunto, el ahora pintor José María Cano subastará un cuadro suyo, un retrato de Sonia Martínez, presentadora de los años 80 que cayó en las redes de la heroína falleció a causa del sida.


Ah, me olvidaba de que la canción de marras podrá descargarse gratis en los teléfonos móviles gracias a un acuerdo con las operadoras correspondientes. Ahora sólo es cuestión de sacar el musical de gira por provincias, que la promoción ya está hecha. En fin, fuera paternalismos. Ante todo información, y que cada uno, que es mayorcito, haga lo que quiera.


Pero, como las desgracias nunca vienes solas, este domingo tenemos otro acontecimiento benéfico. Para honrar a Diana de Gales, este domingo se celebra en Londres -y se emite en Digital +- un concierto con Elton John, Bryan Ferry, Duran Duran, Joss Stone, Lily Allen, Kanye West, Rod Stewart, Natasha Bedingfield, The Feeling, Nelly Furtado, Tom Jones, Roger Hodgson, Status Quo y Pharrell Williams.


Esta escasamente arriesgada selección obedece al gusto de la difunta y de sus dos hijos. A bote pronto, y salvo Bryan Ferry, el único motivo que se me ocurre para verlo es que los comentarios correrán a cargo del gran Diego A. Manrique, que tendrá que aguantar de conductora a Àngels Barceló.


Tema del día: 'Superfreaky memories', LUNA


lunes, 25 de junio de 2007

Madrid no está tan lejos



La velada con los Rolling Stones del pasado jueves me dejó tan reconciliado con la Humanidad que han tenido que pasar unos días para que la necesidad de escribir me empujara a plasmar lo visto y escuchado. Vamos, que me gustó. Algunos pensarán 'qué raro'; pues se equivocan, que yo soy muy crítico con el Barça y con los Stones. Pero, ¡qué demonios!, si suenan mejor ahora que en los 90 -ésa es mi teoría- habrá que decirlo.


Por partes: Que si el aforo era del Estadio Olímpico era de 50.000 personas, luego de 42.000, que si quedaban pocas entradas, que si luego faltaban 8.000 por venderse... Los promotores de los grandes conciertos saben latín cuando las cosas no van como cabía esperar y hay que aprovecharse de los medios. En fin, que la subida a Montjuïc ya resultó sospechosa por el escaso tráfico, y la constatación llegó al acceder al recinto una hora antes de que salieran Jagger y compañía. Unas 35.000 personas, según mis propios cálculos, asistieron al show.


El resultado era que se estaba realmente cómodo dadas las dimensiones del lugar. Hasta conseguir la cerveza que dispensan los vendedores-astronauta resultaba sencillo, sin las colas de otras ocasiones. Por los teloneros no me pregunten, que ya avancé que no pensaba verlos. Bueno, pude escuchar la última canción de los escoceses Biffy Clyro. Si usted no sabe quiénes son, no se preocupe. Seguramente, no volverá a saber de ellos. Y no se perderá nada.


Inciso extramusical: Sobrevalorado y sus acompañantes se situaron frente al escenario y al lado de la mesa de sonido, por donde pululaba un Javier Bardem que enloqueció en la recta final del concierto. Antes, una rubia se ocupó de que el actor enloqueciera, pero por otros motivos.


A lo que iba. Con 10 minutos de retraso, fuera luces, la megapantalla de vídeo empieza a jugar con el logo de la lengua, música in crescendo... hasta las consabidas explosiones y llamaradas que preludian 'Start me up'. El sonido, poderoso pero confuso al principio, fue mejorando avanzaba el espectáculo, con la salvedad de 'Tumbling dice', que sonó horrorosamente con unos vientos saturadísimos.


En cuanto al repertorio, las predicciones de este su blog se cumplieron prácticamente todas. Salvo algún cambio de orden -como el rush final-, el repertorio se ajustó al guión con las salvedades de 'Ain't too proud to beg', un tema de los Tempatations que los Stones ya incluyeron en el álbum 'It's only rock'n'roll' (1974), y el recurso a un segundo tema de su último disco. Esta balada, 'Streets of love' -que reemplazó a la clásica 'Waiting on a friend'- fue lo peor del bolo para quien esto escribe.


Ahora, las buenas noticias. Jagger canta realmente bien para la edad que tiene y lo que se mueve. Cantantes de rock más jóvenes que él están mucho, pero que mucho, peor de voz. Las guitarras sonaron feroces, sucias, stonianas en resumen. Y Charlie Watts -batería- y Darryl Jones -bajo- cumplieron con solvencia como acostumbran.


Saxos y coros, por su parte, respaldaron con distinción a las estrellas con especial mención -una vez más- para Lisa Fisher, la vocalista. Se comió a Mick en su dúo en 'I'll go crazy', la canción de James Brown que cumple el papel que en otras giras correspondía a 'Gimme shelter'.


Repasando el menú, entre los platos que no estaban claramente decididos, los Stones cocinaron unos deliciosos 'Let's spend the night together', 'Rocks off' o 'Midnight rambler'. Para mi disgusto, no obstante, incluyeron 'Miss you' dejando así fuera 'It's all over now', que es como poner a Salva Ballesta y mandar a Messi al banquillo.


En esto, que cantó Keith. Abrió con 'You got te silver', un blues vaquero cosecha del 69 al que no le vienen bien los grandes recintos, pero que el guitarrista masculló como si estuviera en un club bebiendo con Tom Waits. Después, 'Wanna hold you', que no es la mejor de las piezas de r'n'r cantadas por Richards y grabadas por el grupo. Un 'Happy o un 'Little T. & A.' hubieran soliviantado más al personal.


Para cerrar, cambiaron el orden y adelantaron 'Jumpin' jack flash', que sonó como nunca la ha escuchado servidor en directo. Desde 1990, que yo recuerde, siempre la han tocado con la sección de viento reforzando la parte final. Esta vez, no. Keith arañando la Telecaster como un poseso y Ronnie respaldándole mientras Mick recorría los laterales del escenario enardeciendo a la multitud. Ése es mi recuerdo mágico del concierto.


Luego, un enorme 'Brown sugar' y el bis con 'Satisfaction'. Dos horas justas. Antes, los Stones alargaban las canciones de la recta final y los conciertos se extendían hasta las 140 minutos. Ahora, menos es más. Será porque Richards luce una prominente barriguita o porque Jagger necesita oxígeno, pero cumplen con creces. Por mí, que vengan cada año. Cada vez seríamos menos gente nosotros y ellos más ancianos, pero cómo nos lo pasaríamos. Ah, el jueves 28 tocan en Madrid. Mmmm...


Tema del día: 'Midnight rambler', THE ROLLING STONES

jueves, 21 de junio de 2007

Hoy puede ser un gran día



Reconozco que inflo las expectativas con este titular. A día de hoy, un concierto de los Rolling Stones no parece que vaya a ser un acontecimiento memorable que cambie la vida de nadie, pero aspiremos al menos a echar un buen rato. Sí, un estadio no es el mejor emplazamiento para un concierto, pero por nadie más iría a Montjuïc a ver una actuación a 80 metros de distancia y, la mayor parte del tiempo, a través de pantallas.


Las últimas noticias indican que quedan por vender unas 6.000 - 7.000 entradas de las 55.000 puestas inicialmente a la venta, con lo que igual tenemos suerte, no se llena y se está más ancho. Algunas fuentes, ojo, hablan de un aforo reducido a sólo 42.000 localidades, lo que sería una bendición de los dioses. Especialmente, para los seguidores ubicados sobre el césped, que es donde este bloguero y sus amistades se acomodarán -es un decir- para seguir a Jagger y compañía.


Del montaje no voy a hablar, porque me aburre soberanamente. ¿A quién demonios le interesan los nosécuántos tráilers, remolques, grúas, y operarios necesarios para levantar el escenario? De los teloneros ya escribí el otro día, así que nada. De los Stones, mmmm... a priori, no se me ocurre nada nuevo y original. ¿Que Jagger estuvo el martes por la noche echándose unos bailes en Jamboree? Sale en la prensa. Ah, sí, Richards se ha dejado la pelusilla abigotada más ridícula de la historia del rock.


Bien, pasemos al repertorio. Sobrevalorado ha investigado y confeccionado el probable setlist:


1. Start Me Up


2. Shattered – You got me rocking – Let’s spend the night.. – It’s only rock’n’roll


3. Rough Justice – She’s so cold


4. All down the line – Bitch - Rocks Off


5. She was hot – Monkey man - Heartbreaker


6. Waiting on a friend – Some Girls – Sweet Virginia –Let it bleed


7. Can’t you hear me knockin’ – Midnight rambler - Waiting on a Friend


8. I’ll go crazy - Can't You Hear Me Knocking


9. Tumblin' Dice


10. You got the silver - Happy


11. Wanna Hold You - Slipping Away – Before they make me run


12. It's Only Rock and Roll – Miss you


13. It's All Over Now – Rough justice - Respectable


14. You got me rocking – Satisfaction –Get off of my cloud


15. Honky Tonk Woman


16. Sympathy for the devil - Paint It Black


17. Brown sugar - Jumpin’Jack Flash –Satisfaction


18. Satisfaction – Brown Sugar –Paint it black


19. Jumpin’jack flash - Sympathy



Ea, la cosa podría ir por ahí. 'I'll go crazy', por si no les suena, es del gran James Brown. A todo esto, los Stones llevan tocando 19 temas por bolo desde que empezó la gira el 5 de junio en Bruselas, podría ser que en España, a causa de las cancelaciones del año pasado, la cosa se alargue un par de canciones más. Ojalá.


Y si usted no los puede ver ni en Barcelona, Madrid, El Ejido o San Sebastián, pero tiene ganas de mambo stoniano, no desespere. Acaba de salir a la venta en EEUU el nuevo DVD en directo del grupo, que llegará a las tiendas españolas a finales de julio. 'The biggest bang' -cuádruple como el 'Licks live'- recoge dos conciertos enteros: uno en Austin, Texas, y otro en la playa carioca de Copacabana ante un millón -o dos, nunca se sabe- de personas. Además, temas sueltos en diversos shows por todo el mundo, entrevistas y un montón de extras.



Tema del día: 'Heatrbreaker', THE ROLLING STONES


miércoles, 20 de junio de 2007

Jornada de puertas abiertas



Enlazando con el asunto de ayer (toros), hoy voy a darle al fútbol. Bueno, en sentido figurado, que a jugar lo tengo prohibido desde antes del Dream Team. Y sí, el objeto de comentario va a ser el Barça, que del Madrid hay poco nuevo que decir: si Dios era colombiano, Alá es de Chamartín.


Pero no piensen que la debacle azulgrana ha sido una casualidad. La trayectoria ombliguista del Barça esta temporada ha terminado como la mayoría de sus aficionados veían venir. Con las estrellas enfrentadas en una lucha de egos, varios jugadores exhibiendo una alarmante falta de profesionalidad, un entrenador débil ante sus pupilos y torpe ante la pizarra, las cosas no podían acabar de otra manera.


Bien, pensemos en el futuro. Laporta ha anunciado que se quedan las estrellas y también el entrenador, pero que a partir de ahora las cosas serán más serias. A buenas horas... pero, en fin, peor sería decir otra cosa. Quien esto escribe cree que el ciclo de Rijkaard al frente del Barça ha llegado a su fin, y que de la noche a la mañana no se puede de pasar de coleguilla a tirano sin que te tomen por el pito del sereno.


Y no sólo es eso. En cuestiones técnicas o tácticas, el holandés no ha dado una a derechas este año. Sólo le salió bien en Zaragoza (vuelta de Copa) el jugar con tres defensas; en otras ocasiones, el experimento ha sido lo que parece, un suicidio. En este sentido, resulta ejemplar cómo se inmoló frente al Liverpool en la ida de octavos de la Liga de Campeones cuando quedaba aún medio partido, por no hablar del choque de vuelta.


Total, que al de los rizos le daba la Creu de Sant Jordi y lo enviaba de vacaciones indefinidas. Pero en vez de irse él se van a marchar -probablemente- Ezquerro, Giuly, Belletti, Motta y Sylvinho. Otros tres, según informa la prensa deportiva, se hallan asimismo en la cuerda floja, pero sujetos a las ofertas que por ellos lleguen: Edmilson, Gudjohnssen y Márquez. Nada que objetar a esta jornada de puertas abiertas.


Dicen -veremos luego si es cierto- que viene Henry. Gran noticia si se confirma. Se acabó lo de 'huy, que no venga ninguno muy bueno , a ver si se enfadan fulano y mengano'. Los otros que suenan -Abidal, Yaya Touré, Forlán, Chivu- me gustan, pero se me antoja difícil que vengan todos.


Si se consiguiera reforzar a este nivel la plantilla, lo único que quedaría por hacer sería obligar a Ronaldinho a entrenarse, a Eto'o a pensar, a Deco a entregarse y a Messi a levantar la cabeza. Nos podrían dar los trofeos en Navidad, si todo esto fuera tan sencillo, pero me da que no lo es.


Tema del día: 'Anoche soñé demasiado', LAGARTIJA NICK



martes, 19 de junio de 2007

Que Dios reparta suerte



En lo concerniente a la cuestión taurina, soy una persona sin criterio. Cuando escucho a los antitaurinos, hablando de que si es una salvajada que le hacen al pobre animal y todo eso, tiendo a pensar que tienen razón. Lo malo es que cuando escucho a los defensores de la fiesta, pues también encuentro convincentes sus argumentos. En un programa de la tele -ahora no recuerdo cuál- salía un personaje que era el hombre sin personalidad. Ése soy yo.


O mejor debería decir era. Porque ayer, viendo en el Telediario la faena de José Tomás el domingo en la Monumental puedo decir que he visto la luz. Ha sido la primera vez que el toreo me ha llegado y me ha conmovido. Me quedé patidifuso enganchado frente al televisor viendo como el morlaco seguía las señales de diestro sin que éste despegara los pies del suelo. Sublime. Y eso que he ido a la Real Maestranza de Sevilla en un par de ocasiones, pero no era lo mismo.


Por la tarde, estuve repasando crónicas y comentarios sobre el torero de Galapagar. Más que nada, para comprobar lo florido que resulta el género periodístico consagrada al arte de Cúchares. Total, que entre que no fui a la corrida, que no entiendo de toros y que lo mío no son los florilegios, aquí concluye lo que quería decir sobre José Tomás.


Pero no cierro aún, sin embargo, el tema taurino. Vamos con las protestas. Ya he dejado claro arriba que no soy inmune a la sensibilidad contraria a este espectáculo, ciertamente sangriento. Ahora bien, lo de mezclar churras con merinas -toros y nacionalismo- tiene miga. Se puede estar en contra de las corridas por muchas razones, pero argüir que es una fiesta ajena a Cataluña es como proclamar que nadie aplaudió a Franco en el 39 cuando entró por la Diagonal.


Porque festejos taurinos ha habido en Barcelona y otros lugares de Cataluña desde mucho antes de Felipe V. Y no sólo corridas, que también son históricos los bous embolats (toros de fuego) y los bous capllaçats (toros ensogados) en algunos municipios tarragonenses. Yo no he visto a ningún ultracatalanista ir a un pueblo de éstos a llamar fachas a unos vecinos que apenas hablan castellano.


Y ya que hablamos de salvajadas, a mí no me parece normal que un niño de seis años trepe un castillo humano de 15 metros de altura o más. Hace unos meses que a las criaturas que coronan los castells les ponen casco, lo que ha abierto una polémica entre los muy apegados a esta atávica tradición. Que, no cabe duda, deben de ser unos fascistas de tomo y lomo.



Tema del día: 'El toro guapo', EL FARY


lunes, 18 de junio de 2007

Los días de playa quedaron atrás



La culpa es de la molicie, no del Sònar. Así que si este su blog les falló la semana pasada ya saben a quién culpar. Finalmente, no hubo visita al supermoderniki festival ni asistencia a los conciertos de Devo o Beastie Boys por motivos de intendencia. Dicho lo cual, ésta es la semana rollingstoniana, y por ahí empieza el soliloquio de hoy.


Los Stones inician el jueves 21 en Montjuïc el tramo español de su gira veraniega por Europa. Ni Pearl Jam ni Dandy Warhols ni Black Rebel Motrocycle Club; los teloneros serán... Loquillo y los Trogloditas. Sí, en Barcelona, Madrid (28) y El Ejido (30). Por su interés, reproduzco las siguientes declaraciones del cantante de El Clot, recogidas de su web: «¿Conoces a algún grupo que haya teloneado a The Who y a los Rolling Stones en el mismo mes? En España no hay ninguno, sólo nosotros. Ya sólo me falta Johnny Hallyday; los otros grandes están muertos».


Loquillo considera «un premio a 30 años de trayectoria, ya que son los Who y los Stones los que deciden quiénes les acompañan". "Esto -añade- sitúa nuestro trabajo a nivel internacional, por encima de cualquier otro grupo español de rock; habrá quien sea más pinchado en las radiofórmulas o venda más discos, pero nadie más que nosotros puede disfrutar de este honor».


El intérprete obvia que su presencia en los shows de Jagger y compañía obedece al nexo común del promotor Gay Mercader, amigo personal de los Stones y del propio Loquillo. Si alguien se quiere creer que Keith Richards pasa las horas muertas -además de trepando a los cocoteros- escuchando 'El ritmo del garaje', adelante. En cuanto a lo de los grandes vivos y muertos, pues se me ocurren a bote pronto Bob Dylan, Jerry Lee Lewis, David Bowie, Lou Reed o Neil Young. Igual no son lo suficientemente grandes.


En cuantro a dimensión internacional, me reafirmo en lo ya escrito en este blog: el único grupo español con verdadero eco internacional han sido los Héroes del Silencio. Sí, hay que joderse, pero es lo que hay, señora. Y, cambiando de tercio, hay que ver las vueltas que da la vida, con lo fan que ha sido servidor del Loco. Pero es que hace muchos años que me cansé de su rollo 'todos están contra mí porque soy el mejor'. Definitivamente, como cantaba en 'No surf', "los días de playa quedaron atrás".

Y ahora, noticia de alcance llegada a Sobrevalorado: Los bolos de los Stones cuentan, además de Loquillo, con los australianos Jet -psé- como teloneros en Madrid y El Ejido, mientras que Barcelona y San Sebastián verán sobre el escenario a los escoceses Biffy Clyro. ¿¿¿Quién??? Pues una mala copia de los Foo Fighters, para qué nos vamos a engañar. Desde luego, está escrito que nunca veré a un buen artista abriendo para Jagger & Richards. Bueno, en el 94 estaba Bob Dylan en Montpellier, pero el recinto era tan grande que algo le oímos, pero verle, ná de ná.


PD: En cuanto al desenlace de la Liga, acudo a un lugar común: lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Y remato: necesitamos un entrenador, no un casco azul.



Tema del día: 'Simpatía por los Stones', LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS.


jueves, 14 de junio de 2007

Indiferencia



Reconozco que no sigo la NBA como solía. Hace seis o siete años, cuando daban un par de partidos a la semana, me los grababa para poder verlos con tranquilidad al día siguiente. Pero hace ya tiempo, no sé por qué, que lo nuestro no es lo mismo. Será que yo he cambiado, que ahora prefiero las ligas europeas de fútbol, o que ya no se escuchan los comentarios de Andrés Montes.



Esto último es curioso. Cuando Canal + adquirió los derechos de la NBA, se acabó el oír al habitualmente tranquilo Ramón Trecet -que en su faceta musical (Radio 3) se ha convertido en un enajenado- y nos encontramos con un tipo que vociferaba como un poseso. Costó acostumbrarse a Montes, al ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta, al ¡jugón!, a los motes con que bautizaba a los jugadores, y a sus reflexiones rematadas con un "¡Daimiel! ¡Pero qué broma es ésta!".


Anyway, la vida pasa. Las retransmisiones ya no son los mismos -como el público del FIB- y los partidos, tampoco. Ya casi no hay leyendas como antaño, y sí algunos grandes jugadores, como Lebron James o Kobe Bryant, que se juegan todo balón que pasa por su manos, con lo que no es tan extraño que de vez en cuando alcancen guarismos anotadores de vértigo. A lo que hay que añadir que, como dice mi amigo X., las defensas en temporada regular son de risa.


Bueno, todo este soliloquio viene a cuento de que hoy jueves por la noche se acabará -presumiblemente- la temporada baloncestística USA con el cuarto partido de la final entre Cleveland Cavaliers y San Antonio Spurs. Los tejanos ganan 3-0 y esto se acaba cuando el primero llega a cuatro victorias, lo que parece altamente probable. Bueno, igual los Cavs aprietan los dientes ante su público para no hacer el ridículo y caer 4-0, pero las apuestas predicen que habrá paliza.


Total, que esto se acaba y no he visto ningún partido de la final, ni de las finales de conferencia; ni de las semifinales; ni de la primera ronda de playoffs. De hecho, en toda la temporada sólo he visto trozos de partidos con presencia española (Gasol, Calderón, Garbajosa). Y de las competiciones domésticas, ya, ni hablemos. A mí, la ACB y la Euroliga me parecen, en términos de fútbol, un Conquense - Sant Andreu. Que sí, tiene su emoción, pero prefiero la élite.


Otra cosa es el Eurobásket que arranca en septiembre. Ahí sí que hay bacalao, intensidad y calidad. Así que se acabó el baloncesto para servidor hasta entonces. Un deporte, por cierto, "basado en un defecto físico, el gigantismo". La boutade es de mi amigo S.
Tema del día: 'Vem Chritiano', GAIOLA DAS POPOSUDAS

martes, 12 de junio de 2007

Elásticos e irresistibles



Acabo de poner en el reproductor de CDs 'Favourite worst nightmares', la reválida de Arctic Monkeys. Compras compulsivas, ya saben. Primera impresión: no sé el qué, cómo definir eso, pero estos chavales -asquerosamente jóvenes- lo tienen. Melodía, agresividad, chulería, nervio... llámenlo como quieran. No cabe duda de que, repetido y mejorado respecto a su primer trabajo, el cuarteto de Sheffield mantiene su encanto.


'Fluorescent adolescent', por ejemplo, es la canción por la que Pete Doherty se dejaría cortar un brazo: Una perfecta píldora pop para desperezarse un luminoso sábado por la mañana, que evidencia además que la banda ha trabajado su sonido y ampliado su paleta. Vamos, que han comprado más pedales para las guitarras.


Una docena de canciones en apenas 37 minutos. Los buenos discos de antes eran así. Sí, me hago mayor, ya lo sé. Será por eso que no me molesta demasiado que el sexto tema sea una balada de corte onírico -una nana, en fin- que atiende a 'Only ones who know'. Bueno, es un signo de evolución, ya que su debut iba enterito a piñón fijo, salvo un medio tiempo.


Por otra parte, y voilviendo a lo que distingue a Arctic Monkeys del pelotón de Dirty Pretty Things, The Paddingtons o The Fratellis, los primeros tienen la muy personal capacidad de subvertir una canción, frenando y acelerando por sorpresa. Una tonada pop puede convertirse en un torbellino eléctrico y un riff de rock clasicote puede virar a un estribillo elástico e irresistible. El universo de los monos árticos es así.


Me gustaría contrarrestar esta primera audición con la plasmación en dirtecto de los nuevos temas, pero la última presentación de la banda en la Ciudad Condal hace un mes, con llenazo en Razzmatazz y entradas agotadas un mes antes, no invitaba demasiado. Este verano pisarán España para actuar en Vigo y en el FIB, en julio, y ya en septiembre, en un festival televisivo en Ibiza.


Me temo que si voy a Benicàssim no sea el mismo día en que toquen los de Sheffield, así que me tendré que conformar con el recuerdo de su arrasador directo hace un año y medio, cuando aún no tenían disco en el mercado -sí canciones en internet- y pusieron patas arriba el Razzmatazz a las 3 de la mañana. Algo es algo.



Tema del día: 'Teddy picker', ARCTIC MONKEYS

PD: Rectifico. Arctic Monkeys actúan en sábado en el FIB. Así que la puerta está abierta...

lunes, 11 de junio de 2007

Atención al cliente



No iba a hablar hoy de música, y menos del Primavera Sound, pero es que de fútbol, como que no apetece. A lo que iba es que, unos días después de finalizado el festival, la organización del PS se dedica, además de a descansar, a atender las quejas y reclamaciones de los asistentes en el foro de su web www.primaverasound.com.


Acostumbrado a que el público del rock seamos tratados como borregos, cuando no como delincuentes, sorprende esta labor de aproximación entre promotora y aficionados. Un ejemplo, alguien alude al mal sonido de un escenario y ésta es la respuesta de Gabi Ruiz, uno de los máximos responsables del sarao:


"Yo también me he planteado lo mismo que tú con respecto al sonido del escenario ATP. Creo que es posible que algunos fallos en el sonido fuesen achacables a problemas con el backline y/o las pruebas de sonido. No es normal que fallasen tantos micros y que se tardase tanto en dar una solución. Lo estoy diciendo a bote pronto, porque todavía no he tenido tiempo de profundizar en la cuestión, pero es posible que esa fuese una explicación. Tenemos seis escenarios con seis equipos de técnicos (de monitores, de PA, de luces, de backline más un regidor técnico) y claro, es mucha gente... Lo investigaremos".


No está mal. Eso se llama cuidar al público, dar explicaciones sobre cuestiones técnicas en vez de salir diciendo ' y a ti qué te importa'. Sobre el mismo escenario y sus problemas, añade:


"Quizás deberíamos reubicar el escenario ATP. Dada la gran afluencia de público inglés creo que ese escenario se quedará siempre pequeño. No sé, igual lo mejor es dedicar ese espacio a las bandas nacionales y darle otra situación al ATP. Veremos qué se puede hacer. "


Y en cuanto a la filosofía con que se trabaja en este evento, una pincelada: "De todas formas, nuestra intención no es seguir creciendo. Este número de espectadores es suficiente para mantener un festival como el nuestro, aunque también es cierto que el espacio da para mucho y que con el diseño adecuado podemos tener mucha más asistencia sin que se resienta la comodidad. Los dos únicos puntos débiles serían el Auditori y el ATP que indudablemente se verían mucho más saturados si vendiésemos muchas más entradas. Y como he dicho antes, esos dos espacios son para nosotros como dos iconos del festival que no queremos perder."


Por el contrario, José Luis Morán, uno de los organizadores del Festival de Benicàssim, quiere más gente, según reconoce a www.muzikalia.com: "Tenemos que ir creciendo moderadamente y tomándole la medida exacta para no meter la pata. Este año se ha incrementado en 3.000 el número de abonos que se han puesto a la venta, para pasar a un segundo año donde incrementaríamos en otros 3.000-4.000, y un tercero con otros 3.000-4.000 hasta llegar a estos 45.000 que es un poco el objetivo del festival".


En otro párrafo, Morán alude a buscar la comodidad de la gente, pero obvia que antes de ampliar el recinto, lo que se ha hecho en el FIB es ir ampliando el aforo hasta llegar en algunos casos a la saturación. Maneras de ver, de ser y de actuar.


Tema del día: 'Fear is in our side', I LOVE YOU BUT I'VE CHOSEN DARKNESS


viernes, 8 de junio de 2007

Dios y anfetas



Como la constancia no es la mayor de mis virtudes, he tardado casi 10 meses en concluir un libro que me regalaron -gracias- en las postrimerías del pasado verano. 'Man in black' es la autobiografía de Johnny Cash, publicada originalmente en 1975 y que Ediciones Acuarela lanzó en español el año pasado. El cantante falleció el 12 de septiembre de 2003, a la edad de 71 años, así que aún vivió más de un cuarto de siglo después de recopilar su vida y milagros.


En 1997 se editó 'Cash: the Autobiography', un volumen que recoge lo básico del anterior y actualiza su trayectoria, pero que -por lo que me he documentado- carece del tono sincero y descarnado de 'Man in black'. Porque al bucear en sus recuerdos, el Hombre de Negro no esconde sus dos grandes tormentos: Dios y las anfetaminas. De hecho, éste es el mejor resumen de la obra.


No he visto aún 'Walk the line', el biopic en que Joaquim Phoenix y Reese Whiterspoon interpretan a Johnny Cash y June Carter, porque me negué a ir al cine a ver un film sobre Cash en el que canta otro. Y eso que he escuchado varios temas y los dos actores cantan condenadamente bien, pero... no es eso. Las pelis sobre los Doors o Jerry Lee Lewis sólo se sostenían porque cantaban los genuinos Jim Morrison o Jerry Lee, si no, serían un crimen contra la Humanidad.


Bien, volvamos a la tinta impresa. Si alguien es aprensivo con la cuestión de los fármacos, éste no es su libro. Y no hay polvos esnifables ni jeringuiillas, sólo pastillitas de todos los colores posibles. Porque el autor de 'Give my love to Rose' no hacía distingos, se las tragaba todas y llegaba al extremo de esconderlas dentro de la guitarra para que ni la policía ni sus allegados se las encontraran.


El otro gran tema sobre el que gira el libro es Dios y la importancia de la fe como tabla de salvación. A un españolito le suena un poco a chino, pero el viejo Johnny era un genuino redneck, un paleto sureño, vamos, y en el profundo Arkansas la palabra del Señor era cosa seria en los 50 y los 60. Sí, y ahora posiblemente también.


En este sentido, las historias de lágrimas y plegarias suplicantes serían un poco bochornosas si no fuera porque no son ninguna pose. De no ser por haber visto la luz del Señor, el rey del country-folk-rock llevaría criando malvas muchos más años.


En cuanto a la música, la historia de cómo grabó en una cárcel Folsom prison blues resulta de lo más escalofriante. A día de hoy suena extraño, pero Cash se convirtió en una leyenda de los desarraigados a finales de los 60 con sus conciertos en Folsom o San Quintín. La aristocracia rock de hoy en día, en cambio, actúa para la familia real británica. En fin.


Y para cerrar, un consejo musical: Si no son ustedes muy del country -anímense, hay de todo-, prueben con los discos de la serie 'American recordings' que un crepuscular Cash registró en los años 90 con acompañamiento mínimo bajo la batuta de Rick Rubin. Su versión de 'Hurt' de Nine Inch Nails es lo más desolador que quien escibe ha escuchado nunca, junto al 'Atmosphere' de Joy Division.


Tema del día: 'I walk the line', JOHNNY CASH


jueves, 7 de junio de 2007

Esto es lo que somos



Hace 10 años justos, andaba todo el mundo enganchado a 'Expediente X', una serie que siempre me pareció un peñazo inaguantable, con un actor protagonista insufrible, y cuyos episodios eran todos igualitos unos a otros: podían resumirse en "aquí ha pasado algo raro, pero la razón real de lo ocurrido se nos escapa; habrán sido los marcianos".


Ahora que ya me han insultado, les iluminaré sobre lo que de verdad valía la pena por aquel entonces: 'Millennium', en Canal +. Un producto primo hermano del anterior, con el que alguna vez cruzó tramas -los personajes de una aparecieron en la otra- y guardaba puntos en común, -como un mismo creador, Chris Carter- pero que apuntaba más alto.


Aquí la cuestión era de índole metafísica: ¿qué somos? El debate de siempre, orientado a partir de una dicotomía entre el Bien y el Mal, pero un Mal abstracto y terrorífico, no un demonio con cuernos, rabo y tridente.


'Millennium' era truculenta aunque no se veía nada. Rodada con economía de medios -en Vancouver, con ese look neutro que compartía con 'Expediente X'-, la simplicidad de la puesta en escena jugaba a su favor. Bien, ¿de qué iba? Un ex agente del FBI con un don para visualizar el Mal al tocar a personas asesinadas es reclutado por el Grupo Millennium, una especie de hermandad investigadora con raíces medievales que opera en la actualidad como un cuerpo de analistas policiales.


Los casos que investiga Frank Black -nombre tomado del cantante de los Pixies- entretejen una red de sucesos con un denominador común: el Apocalipsis como consecuencia del fin del milenio. El protagonista cuenta además con los inquietantes rasgos de Lance Henriksen -el androide Bishop en la saga de 'Alien'-, mientras que su más cercano colaborador, Peter Watts -nombre de un escritor canadiense de ciencia ficción-, está encarnado por Terry O'Quinn, el John Locke de 'Perdidos'.


La serie cuenta con tres temporadas. Canal + emitió las dos primeras a finales de los 90, y el recuerdo del episodio final de la segunda, con el 'Horses' de Patti Smith a todo volumen fue toda una experiencia catártica. Yo, de hecho, no supe hasta hace unos días que existe una tercera temporada. Bien, en Cuatro están poniendo la primera los domingos por la noche, a las 2.50. Y Canal +, vaya a saber por qué, emite la segunda los viernes a medianoche.


Desde que me he reenganchado a 'Millennium', vivo sin vivir en mí pensando en si alguna de las cadenas de Sogecable tendrá el detalle de ofrecer la tercera temporada. De lo contrario, habrá que echar mano de www.amazon.com o similar, porque aquí no está a la venta. Y sí, está internet, pero a mí, esto de ver la tele en el ordenador me parece un poco salchichero. Llámenme antiguo.

Tema del día: 'Uh la la, qué facil es', FERNANDO ALFARO Y LOS ALIENISTAS

miércoles, 6 de junio de 2007

Sabor a veterano



Ya falta menos para acabar con esto, como le dijo... da igual. A lo que iba, la última y sabatina jornada del Primavera Sound, en la que hubo de todo, como en botica. En esta ocasión, mi menda lerenda no pisó el festival hasta las 8 de la tarde, que los excesos acumulados pasan factura. Fue llegar y escuchar al Grupo de Expertos Solynieve, que tocaban en el mismo escenario en que lo hicieran Sr. Chinarro y que de madrugada se destinaba a los sonidos electrónicos. Pero como los vi hace unos meses y el entorno les venía algo grande me fui con la música a otra parte.


Y nunca mejor dicho, porque al escenario en el que actuaban Architecture in Helsinki llegaban las melodías de los granadinos con nitidez. Cuando los AIH tocaban, todo iba bien, pero entre canción y canción nos llegaba la voz de J -sí, el de Los Planetas, que tiene otra banda- tanto al público como a los músicos, que se lo tomaron con resignación.


Por lo demás, muy buen show de AIH, que sobre las tablas remiten a Talking Headas, The B-52's o Arcade Fire. Divertidos, bailables y creativos como deberían ser todos los grupos de pop. Ý con una gran canción: 'It's five'. Lástima del sonido invasor.


De ahí al escenario grandote a ver a Patti Smith. Bueno, en principio a escuchar, que servidor y amigotes optaron por cenar en lo alto de la explanada situada justo en frente de la neoyorquina. Mientras devorábamos los bocadillos escuchando tanto sus clásicos -'Set me free'- como las versiones ajenas -'Gimme shelter'- que contiene su nuevo trabajo, la sensación era que más sabe el diablo por viejo que por diablo.


Inciso desagradable: la Smith suelta unos gargajos de órdago. Las cámaras y mi amigo D., desde la zona de los foteros, lo atestiguaron. Bien, ya cenados, y más próximos a las tablas, dimos fe del poderío de Patti, que clavó 'Smells like teen spirit' en clave unplugged y enardeció al respetable con 'Gloria' y 'Rock'n'roll nigger'. Grande, muy grande. Nadie debería morirse sin ver a Patti Smith en directo.


A continuación, The Good, the Bad and the Queen: el supergrupo formado por Damon Albarn (cantante de Blur), Paul Simonon (bajista de The Clash), Simon Tong (guitarrista de The Verve) y Tony Allen (batería de Fela Kuti, entre otros). Su bolo, en el mismo escenario que AIH, tuvo también el problema del sonido fugitivo, sólo que, horrorícense, la fuente emisora era en este caso el grupo vasco Lisabö, una chapa ruidista de cuidado.


Pero Albarn, mordaz y con chistera, evitó lamentarse y dio paso a un show sublime, que quizas hubiera precisado un recinto más íntimo, pero sublime al fin y al cabo. Cantó bien y aporreó con ganas el piano, mientras que sus socios dieron fe de por qué son perros viejos en este negocio. Tocaron íntegro -creo- su álbum homónimo, esa amalgama de dub, soul, pop y funk que en directo propició sin embargo división de opiniones. A mi tocayo y a mí nos fascinó. A otros, no.


El siguiente paso hubiera sido, lógicamente, Sonic Youth. Pero, ay, a mí no me gustan, lo que supongo que me desacredita como opinador en todo lo referente a rock independiente. La verdad, querida, es que me importa un bledo (cita cinéfila). Admito y entiendo su relevancia como motor e inspiración de propuetas coetáneas y posteriores, pero soy incapaz de disfrutar con su música. O me aburren o me dan dolor de cabeza. Así que hubo que vagar -sin suerte- en busca de algo interesante.


La siguiente escala de renombre, los Buzzcocks, podrían haber salvaguardado su leyenda quedándose en el pub de al lado de casa. ¡Dios, qué horror! Vaya manera de destrozar un glorioso repertorio de punk pub rock. Al escuchar cómo desfiguraron 'Ever fallen in love' me sobrevino un bajón del que ya no me acabé de recuperar.


En esto, que ya eran las 2.20 de la mañana y salen Wilco a escena. Banda genial, horario pésimo. Entre que su música -maravillosa- no es la alegría de la huerta y el cansacio de tres días, no lo disfruté. Es más, en ocasiones no atendí mucho y hasta me perdí trozos del concierto, como el final. Sí, soy lo peor. Prometo redimirme en cuanto vengan a tocar en otro tipo de marco.


Los Klaxons, la propuesta cañera y guitarrera para cerrar, se habían cáido del cartel, así que los neoyorquinos Battles, de los que ignoraba todo, ocuparon su lugar. Ahora ya sé algo de ellos, que ni fu ni fa. Así que las propuestas electrónicas acabaron por ser, una noche más, el cierre a una larga jornada de conciertos.


Pero no teman. Aunque el PS acabó, otras propuestas amenazan desde el calendario: Fangoria -sí, again- en Cornellà, La Habitación Roja -sí, también again-, el Sònar, los Stones... Uf, qué cansado estoy y qué poco me quejo.


Tema del día: 'Herculean', THE GOOD, THE BAD AND THE QUEEN

martes, 5 de junio de 2007

Y Mendieta ha marcado un gol realmente increíble



Nunca había llegado tan temprano a un festival como el viernes pasado, día en que a las 18.45 ya estaba dentro para acompañar a mi querido R. -venido ex profeso del planeta Axturias- a ver a su idolatrado Billy Bragg en el muy cómodo y acogedor Auditorio del Fòrum. Suerte que R. llevaba casi una hora en la cola, así que me uní a él saltándome una fila de centenares de personas. El Primavera Sound tiene eso: colas. No se puede tener todo.


Cuando entramos y nos acomodamos en un buen sitio, tomé conciencia del entradón que registraba el recinto. Estaba lleno hasta la bandera, pasillos incluidos, para ver al primer cantautor punk. A mí nunca me había dicho nada en particular el amigo Bragg, pero el otro día vi la luz, amigos. Con una guitarra eléctrica y su gracejo, dio una clase magistral de cómo ser un entertainer en el mejor sentido de la palabra, incorporando el mensaje político y evitando la pachanga manuchaesca.


Eso sí, mi inglés da para el 75% de lo que dijo, que fue mucho. En otras palabras, si no te manejas en la lengua de Chuck Berry, el autor de 'She's got a new spell' pierde algo de gracia, y habría que ver si el público indie español aguantaría esas peroratas a un cantautor de aquí.


Como Billy Brag me fascinó y me lo tragué entero, me perdí el primer artista del escenario grande, The Rakes. Así que pasamos a ver a Blonde Redhead, rock a la americana de toda la vida. Ni chus ni mus, la verdad. Luego, vino el acostumbrado deambular sin rumbo por distintas actuaciones de grupos casi ignotos -para servidor- para acabar haciendo lo mejor que se puede hacer en eso casos: cenar. En este caso, escuchando, que no viendo, a The Fall. A mucha gente le gustó, a mí no.


Posteriormente, Sr. Chinarro confirmó que éste es su año de gracia con un bolo sublime y una banda reforzada con una corista y un guitarrista. Cayeron menos canciones de su último trabajo que en el Let's Festival de L'Hospitalet y algún rescate de los años de oscuridad. Sensacional. A su fin, algo de Maximo Park, un directo contundente y efectivo aunque ya un poco visto, y, haciendo tiempo, Girls against boys, que me parecieron un grupo flojo y cansino pese a llevar 15 años de carrera.


Y a las 2 de la mañana, Los Planetas. Sabido es que en directo son como Curro Romero, que si una de cal y bla bla bla... pero las crónicas apuntaban este año a que, al igual que Sr. Chinarro, su directo había subido enteros de forma exponencial. Y sí, se confirmaron los mejores augurios. Fue, de los ocho o nueve bolos que les he visto, uno de los dos mejores.


Atacaron buena parte de 'La leyenda del espacio' con un sonido sobrecogedor, contundente y diáfano, con especial mención a la batería de Erik Jiménez -situada en un palio, por cierto- y a las capas superpuestas de guitarras. El público, estremecido, callaba hasta que las canciones terminaban para aplaudir entonces a rabiar. En cambio, la segunda parte vino a ser un grandes éxitos de los granadinos con una rejuvenecida 'David y Claudia' como joya de la corona. Unas 14.000 personas enloquecían, chillaban y cantaban, mientras que los guiris no entendían nada.


En lo que a conciertos concierne, la noche se cerró con Hot Chip y su electropop hedonista, muy apropiado para la madrugada. De lo que siguió en los escenarios electrónicos hasta las 6 de la mañana no estoy del todo seguro, así que no me hagan mucho caso. Por ejemplo, no se fíen si alguien les cuenta que J, de Los Planetas, rehusó educadamente atender a este blog. Aunque podría ser cierto.


Continuará...


Tema del día: 'A new England', BILLY BRAGG

lunes, 4 de junio de 2007

Kill Billy (Corgan)



Tras tres jornadas de excesos y también de música, llegó a su fin el Primavera Sound para este cronista. Me refiero a jueves, viernes y sábado, porque anteriormente y también el domingo hubo festejos varios para los poseedores del abono de este año. Balance desigual, por cierto, para lo visto y oído en el Fòrum este largo fin de semana.


Para empezar, hubo colas. Quizás algo inevitable, lo sé, pero entre las de entrar y las de los tickets, ya te cansas. Suerte que el jueves, antes de Smashing Pumpkins y The White Stripes, no había nada indispensable. Interesante, sí -Elvis Perkins o Herman Düne-, pero no hubo tiempo para ellos. Añado además que el cambio de disposición de barras, baños, stands y otras dependencias hizo que el despiste presidiera mis pasos las primeras horas.


Curiosamente, la jornada inaugural del Primavera ha dejado de ser una mera introducción y este año, de hecho, concitó más público que la del viernes. Cosas de la contratación de artistas, que dejó el segundo día algo huérfano de grandes nombres foráneos. Y otro apunte, esta vez, extramusical: este año ha hecho una rasca importante en el litoral barcelonés, y en algunos momentos, la brisa marina dejó helado a más de uno. Impagables esos guiris con bañador y sandalias corriendo al anochecer a comprar ropa de abrigo.


Al lío. A las 11 de la noche, Billy Corgan y su banda ofrecieron una hora y media de empanada hardrockera que sólo toleraron los muy fans. Servidor y sus compadres aguantaron el tirón dado que tuvieron unos acompañantes ocasionales muy aficionados al grupo de Chicago, si no, ¿de qué?.


Hasta las pocas grandes canciones que tienen -'1979', Bullet with butterfly wings'- fueron perpetradas más que interpretadas. El calvo cantante hizo además el ridículo con un atuendo digno del malo de Dune ¿o era el de Flash Gordon? Patético en cualquier caso. Quedaron rebautizados como Smashing Bambis.


Tras el suplicio, la redención. Por encima de las expectativas, The White Stripes ofrecieron unos 80 minutos contundentes, con un setlist bien construido que alternó alguna novedad con viejos temas y sus canciones más conocidas. Sí, claro, tocaron 'Seven nation army'; fue la penúltima, creo. Los dos hermanos -o no- sonaron concisos, poderosos y directos. Bien por ellos, aunque se dejaran 'Fell in love with a girl'.


Luego, ya había poco donde elegir. El final de Justice, una aleación de rock y techno que me quedé con ganas de escuchar, dio paso a Girl Talk y su ensamblaje de sonidos truculentos con canciones en teoría alejadas del chunda chunda de madrugada. Divertido sí que fue, pero no pidan detalles, que a esas horas no tomo notas.


Continuará...


Tema del día: 'Dead leaves and the dirty ground', THE WHITE STRIPES