lunes, 25 de agosto de 2008

ÑBA



Acabaron los Juegos, gracias a Dios. Así no habrá que prestar atención a según qué deportes haste dentro de cuatro años. Y, sobre todo, vuelve el fútbol, opio del pueblo y de este bloguero en particular. No obstante, lo único que me ha hecho seguir la cosa olímpica es, por supuesto, el baloncesto. Inolvidable la final de ayer y la actuación de los españoles en particular. Lo de que este equipo es diferente y transmite, no por manido deja de ser cierto. Analicemos -venga, ya lo hago yo- a la selección uno por uno:


- Calderón: Se nota mucho cuando no juega. Anota y dirige el juego como muy pocos. Quizás con él la final hubiera sido distinta. O no.


- Raül López: Una rémora a lo largo de la competición. Falto de carácter, en ocasiones clave ni ha mirado al aro. Que no vuelva.


- Ricky Rubio: Explosivo. Una bestia en defensa, rápido y atrevido. Tiene mucho que aprender aún en ataque, pero seguro que lo hace.


- Navarro: Ay... Bueno, (su mente) regresó de alguna galaxia lejana para la final, pero el cansancio o los nervios le trituraron hasta ese momento. Esperemos que sea pasajero.


- Rudy Fernández: Irregular. Grandes partidos y encuentros muy ofuscados. Cuando está en racha da miedo. Y qué mate ante los yanquis...


- Berni Rodríguez: Se le ha visto más bien poco. De hecho, yo, casi nada.


- Carlos Jiménez: El mejor de todos en regularidad. Siempre intenso, siempre al límite. Y en la final tomó responsabilidades de tiro que no eran para él. Un tío grande.


- Mumbrú: Cumplidor. Está para lo que está y se deja la piel.


- Garbajosa: Llegó mermado y ha hecho lo que ha podido. Tampoco se me ocurre que haya dejado fuera a alguien injustamente. Pero es de los que aportan valor añadido al colectivo.


- Felipe Reyes: Impresionante. Fajándose todos los días contra todos los rivales y anotando más de lo previsto ante las lagunas de algunos compañeros.


- Marc Gasol: Creciendo. Su juego, vull dir. Valiente ante bestias pardas que pegaban de lo lindo.


- Pau Gasol: Parece que no hace nada, pero luego sus números asustan. Ha llegado muy cansado y se ha notado. Si llega a venir fresco...


- Aíto García Reneses: Un ajedrecista del banquillo. Magistral en la final, pero su manía por poner al pívot a presionar a media cancha en otros choques casi me cuesta la salud.


- Fernando Romay: ¡¡¡¡¡¡Que se calleeeeeee!!!!!!


Vídeodel día: 'Cities in dust', SIOUXSIE AND THE BANSHEES

lunes, 18 de agosto de 2008

Chaplin y Keaton



Lo más parecido, en forma y en esencia, a los dos genios del cine reseñados aquí arriba que servidor ha visto nunca sean posiblemente los 40 primeros minutos de 'Wall-e', la nueva joya del celuloide animado salida de los estudios Pixar. ¿Para niños? Quizás la segunda mitad de la película, cuando salen personajes humanos y por fin se escucha a alguien hablar tenga poso infantil, como a una película de este cariz le corresponde (en teoría).


Venga, el argumento. En el futuro, la polución y los desechos han acabado por hacer la Tierra inhabitable, por lo que la Humanidad abandona el planeta en pos de otros lares más asépticos. Para tratar de adecentar el globo y que las personas puedan regresar algún día, una brigada de robots WALL·E (Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) quedan encargados de la limpieza. Cientos de años después, sólo queda una de estas máquinas, que cuenta con única compañía con una cucaracha.


Un(a) robot sonda -obviamente, más moderno- llega un día para averiguar cómo están las condiciones de vida por aquí y se topa con Wall-e, quien se enamora perdidamente de Eve, el o la robot exploradora. Y ya no cuento más, porque pierde la gracia. Sólo diré que, además de los omnipresentes ecos de Keaton y Chaplin, hay momentos que remiten -volutariamente o no- a 'ET', 'La guerra de las galaxias', 'Robocop', 'La aventura del Poseidón', 'Cortocircuito', el western en general y algunos films más que ahora no recuerdo.


En cuanto a los peros, el único que se me ocurre es lo descompensado entre la magistral primera mitad y la segunda, más para peques, aunque aun así notable. El final, no obstante, recupera la poesía visual del arranque y permite salir del cine con la cara feliz del que se lo ha pasado en grande.


Dicen que suena a candidata al Oscar a mejor película en general, no de animación. Pues no sería ninguna tontería, visto lo que hay en los cines últimamente. Último aviso: recuperen 'Hello Dolly' cuando puedan, ya verán por qué.


Tema + vídeo del día: 'Dos policías', LOS PUNSETES

miércoles, 13 de agosto de 2008

Centauros del desierto



Aprovechando el plácido veranillo, he concluido la lectura de 'La carretera' de Cormac McCarthy, obsequio de I. con motivo de Sant Jordi. Demonios, qué regalo, gracias de nuevo, I. La obra, que ganó el Pulitzer de ficción el año pasado, resulta acongojante, desasosegante y repleta de eso que se ha dado en llamar 'una extraña belleza'. Me siguen, ¿verdad?


El señor McCarthy no es un gran conocido en España, y su nombre ha sonado recientemente a partir de la adaptación cinematográfica de los Coen de 'No country for old men' (sí, la de Bardem, 'No es país para viejos'). Anteriormente ya se había labrado -en mayúsculas- un nombre en las letras estadounidenses con 'Meridiano de sangre' o 'Todos los caballos bellos'. Esta última también tiene una versión filmada, con Penélope Cruz en el reparto, que... vamos, como toda la carrera americana de la muchacha.


'La carretera' ('The road') narra el viaje a pie de un hombre y su hijo -ambos sin nombre- que escapan de un presente posapocalíptico sobre el que no se nos dan demasiadas pistas. Una especie de invierno nuclear sazonado por la enigmática amenaza de unos malos más malos que los de 'Perdidos' es el marco de una relación paterno-filial salpicada de diálogos antológicos por parcos y certeros.


Siempre al borde la inanición y con la obsesión del hombre por que el niño no pierda la esperanza, la pareja aborda una suerte de viaje iniciático rodeado del miedo a lo desconocido en un mundo en que prácticamente todo resulta desconocido. Una prosa descarnada y acorde al dramatismo de la acción deja no obstante resquicios para momentos de un lirismo de alto voltaje. Un poco a lo 'Centauros del desierto', salvando las distancias.


Apenas 200 páginas bastan para esta historia singular y estremecedora. Habrá quien la lea de un tirón, pero este blog les recomienda no pasar de las 10 páginas por día. Bien masticada, 'La carretera' sabe mucho mejor. Ah, y también hay película a la vista, dicen que con Viggo Mortensen de protagonista. No se nos ocurre nadie más adecuado.


Tema + vídeo del día: 'Sing me Spanish techno', THE NEW PORNOGRAPHERS

lunes, 11 de agosto de 2008

Una noche en la ópera



Sí, es un título socorrido, pero no crean que los hermanos Marx no guardan relación con el 'Don Giovanni' dirigido por Calixto Bieito que vi el otro día en el Liceo. Invitado por mi parentela, y dressed for success, allí me planté para escuchar uNa ópera en vivo por vez primera. Un clásico de Mozart fácil de seguir (Don Giovanni = Don Juan) y de partitura alegre y permisiva con unos oídos no habituados.




Eso sí, cuando Bieito pone sus manos sobre una obra clásica, ésta queda irreconocible. De hecho, el montaje ya originó un gran pollo en 2002, cuando se estrenó. Ahora, sin saber a cuento exactamente de qué, ha vuelto al Liceo esta reposición que cambia la Sevilla barroca por la Barcelona postolímpica. Bueno, hay unas farolas tipo plaza dura y ya está como toda señal de que el escenario es la Ciudad Condal; ya saben, convenciones del género.




Bueno, ya conocen -imagino- el mito de Don Juan. Un pichabrava que salta de mujer en mujer mancillando sus honras y humillando a maridos y padres. Aquí viene a ser lo mismo, con un fiel criado que le acompaña en sus andanzas. Como toda historia ejemplar que se precie, ya se pueden imaginar cómo termina.




Bien, ahora vamos con el aliño. Hay una violación, un polvo, una felación -con gárgaras postfinale incluidas-, palizas varias, mucho bebercio, pastilleo variado, rayas de farlopa, lanzamiento de huevos y otros alimentos y el destrozo de un Mercedes con motor eléctrico. Mi pregunta es: ¿Destrozan un Mercedes por función? No me extraña que la ópera sea cara.




Servidor, en el tercer piso, lo vio la mar de bien. Pero en algunas zonas nobles, no precisamente baratas, la gente estiraba el cuello cual jirafa del Serengeti para tratar de ver algo. Y lo de ver no era cosa baladí en un montaje en el que Don Giovanni parece un mafioso albanokosovar y su criado Leporello, el neng de Castefa.


Vayamos a la música. Mmmmmmm... pues bien, ¿no? Este comentario tan de futbolista da idea de que no soy experto, ni siquiera aficionado al género lírico. Pero puedo dar fe como amante de otros géneros que el tour de force físico-interpetativo de los cantantes de este montaje aguanta comparaciones con portentos como el Jagger de los 70. Simon Keenlyside (Don Giovanni) y Kyle Ketelsen (Leporello) saltan, corren, brincan, actúan como actores -no sé si me explico- y encima cantan como Dios. Chapeau para ellos.


En cuanto al controvertido Bieito, división de opiniones dentro de mi propia persona. Algunas cosas funcionan, y otras hacen que te preguntes qué se ha hecho de aquello de un señor en mallas cantándole a un telón pintado.


Por otra parte, les confieso que la ópera (aún) me viene grande. Una hora y media, pausa de 30 muntos y otra hora y veinte de función es mucha tela para un profano. No pude evitar desconectar en algunas fases, pero al menos, la parte final y la locura que en ella se desatan resulta de lo más entretenido del montaje. ¿Volveré? Seguro, pero mejor a ver a una gorda cincuentona haciendo de adolescente frente a un supuesto efebo que peina canas.


Tema + vídeo del día: 'Guns of Brixton', THE CLASH



viernes, 1 de agosto de 2008

Y se acabó la verbena



Si la primera jornada del SC resultó algo chusca, la segunda devino prácticamente verbenera. Por cierto, mi experto ojo festivalero detectó mucha mucha gente sin pulserita puluylando por le recinto. Eso significa sin lugar a dudas que las entradas promocionales se repartieron con alegría y que el año que viene, si acaso, me esperaré a ver qué hay.




Lo primero que vi fue a The Breeders. Otro retorno que nadie ha pedido ni mucho menos necesita. Hay géneros, épocas y estilos que envejecen mal; en el caso que me ocupa, el paquete completo. Entiendo que las hermanas Deal intenten andar ocupadas para no caer de nuevo en la heroína, pero que prueben con la papiroflexia. Ni 'Cannonball' se salvó.




Suerte que lo vi en la lejanía tirado en el césped, pero tanta holganza me llevó a llegar a los Stranglers con el concierto empezado. De hecho, sonaba una de mis favoritas, 'Always the sun', cuando bajé con mi maltrecho tobillo a cuestas, las escaleras del graderío. A todo esto, Hugh Cornwell y sus acólitos ofrecieron una soberna lección de saber estar sobre un escenario 30 años después de iniciada su carrera.




Puede que lo mejor del festival, con 'Golden brown' o 'No more heroes' como momentos señeros. Mis amistades, con laxitud de criterio, casi se lo pierden por querer asomarse a otros lares despreciando el principio sagrado de que el único criterio válido en estas lides es el del homo festivalensis.




Llegó el sagrado momento de la cena, con lo que no vi a Kings of Leon, grupo que ni me disgusta ni me atrae, así que... Lo peor fue que, finiquitada la pitanza, mis acompañantes -sí, los del criterio laxo de antes- quisieron asomar la nariz a... ¡Facto de la fé y las flores azules! Manda huevos acudir a un festival internacional para tragarse el piji hop de esta gente, pensé, y suerte que vi que arrancaba en el escenario grandote el plato fuerte del festival.




Que también tiene bemoles la cosa, que a estas alturas los Pistosl sean el gran señuelo. Bien, empezó la cosa con mi favorita, 'Pretty vacant' y la banda sonaba extrañamente bien. Poderosa, compacta y cañera para entendernos. De hecho, las últimas reencarnaciones en directo de gente como los Stooges suenan bastante peor.




La sorpresa tenía visos de resultar histórica, pero aquello empezó a perder gas apartir de lso 40 minutos con parrafadas seudopolíticas y temas de relleno, con lo que se quedó en lqo ue pudo ser y no fue. Ni el rush final con 'God save the queen' y 'Anarchy in the UK' remontó el vuelo. Bueno, lo que volaron fueron hostias en el backstage poco después, pero ése es otro tema.




Sólo apuntar que quien se llevó la peor parte fue Kele Okereke, el cantante de Bloc Party, que se vino al SC como apoyo de sus colegas, los Kaiser Chiefs. Estos, por su parte, ofrecieron un bolo rutinario -iba a poner alimenticio, je- sin chispa y con el piloto automático. Lo malo es que sus temas no son lo suficientemente buenos para soportar una interpretación desganada. En resumen, mucho mejores el año pasado.



Y siguiendo con la línea de actuaciones desbravadas y escasamente novedosas, Los Planetas ofrecieron un bolo de ésos que han cimentado su fama de irregulares en directo. Un nuevo concierto outlet, con restos de serie del año pasado y ganas de dar salida al género; en este caso, el compromiso contractual. La desgana sobrevoló el show desde el primero hasta el último minuto, y ni el cierre con 'De viaje' disipó su presencia.



Los que cerramos locales y festivales, X. et moi, nos bajamos a disfrutar de la recta final de la sesión de Tiga, que, como el día anterior, acabó en punto a las 5 de la mañana, una hora antes que en ediciones anteriores. Nada que reseñar, salvo la invasión de chusma bakaladera que nos tomó -una vez más- por vendedores de golosinas. A ver si me acuerdo en otra ocasión de llevarme las pastillas de la alergia, que se parecen sospechosamente a otras. Ah, el fin de fiesta, con la canción del año: 'Kids', de MGMT.



Tema + vídeo del día: 'Always the sun', THE STRANGLERS