Miércoles: Bajo el rutilante alias de The Suicide of Western Culture se parapeta un dúo local tendente a la experimentación que ni me interesa ni conozco, así que llegué justo en el momento en que arrancaba el set de Animal Collective. Los neoyorquinos no me han gustado nunca, ni en vivo ni en disco, pero como todos los conciertos que les había visto eran festivaleros, me quedaba la espina de si en un ámbito más próximo lograría comulgar con su propuesta. Además aunque no soy de conceder oportunidades a tutiplén, el hecho de que gente de la que me fío de su criterio los tenga en gran consideración me hacía preguntarme si sería posible que YO estuviese equivocado.
Evidentemente, la respuesta es no. El pop psicodélico deconstruido de Animal Collective es cansino, rarista y menos original de lo que ellos se creen, porque la historia del rock está llena de iluminados que creían haber descubierto la sopa de ajo por la vía del marcianismo. Como dijo Nietszche, "hay espíritus que enturbian su aguas para hacerlas parecer profundas".
Jueves: El pasado enero ya se me escapó Joanna Newson, que actuaba en el Palau de la Música. Las crónicas de entonces hablaban de un recital grandioso y del talento de la multiinstrumentista de voz angelical, así que la curiosidad apretaba fuerte. Lástima que un montón de cretinos -como era de esperar- se dedicara a a hacer tiempo para Beach House parloteando sobre sus andanzas estivales en filas bastante avanzadas teniendo en cuenta que tenían casi tioda la plaza del Poble Espanyol para ellos. Mención especial para las imbéciles que se sientan en el suelo a la mínima en este tipo de acontecimientos.
La Newson ofreció un muestrario de su habilidades cantando mientras rasgueba el arpa primero y tocaba después el piano, acompañada por violín, guitarra, batería y hasta flauta en ocasiones. Si el cielo existe, debe de tener a esta moza -monísima, pese a su vestido tipo mantel de pizzería- encargada de la banda sonora. Su delicado indie folk está tocado por la varita de la belleza, que no cae en la languidez gracias a los sabiduría musical de la muchacha, con más recursos de los que yo le imaginaba.
La belleza se trocó en magia cuando Beach House (véase foto) tomaron el escenario con aproximadamente media entrada en el recinto. Su álbum 'Teen dream' es de lo mejor editado el año pasado y lo interpretaron casi íntegro junto a un par de novedades aún inéditas y algún rescate de sus dos primeros álbumes, apenas escuchados por quien esto escribe. Un prodigioso juego de luces y una sonorización apabullante elevaron a los asistentes y engrandecieron las emociones. Ella, con su teclado y su voz doliente; él, arrancando arpegios a su guitarra reverberante. El dúo -y el batería que los acompaña- tocó la gloria entregado a un fino ejercicio de orfebrería pop.
Paradojicamente, la fuerza del sonido jugó en su contra en su baza más segura, 'Zebra', en la que el micro de la vocalista casi revienta el potenciómetro. Pese a ello, su pase siguió una línea excelsa y se postula desde ya a bolo del año para este blog. Una maravilla.
Vídeo del día: 'Peach plum pear', JOANNNA NEWSON