lunes, 29 de junio de 2009
Dieta baja en calorías
lunes, 22 de junio de 2009
Golpe bajo
En estos días en que todo el mundo habla de la trilogía del sueco y de que si "es un bestseller pero no te creas que es una basura como El código da Vinci", servidor ha rematado la lectura de una obra que, desde luego, rivalizará en ventas con el nuevo volumen del difunto Stieg Larsson, y con el que, seguramente, poco más tiene en común. Me refiero a 'Anatomía de un instante', de Javier Cercas.
Partiendo de la imagen -o mejor dicho, del fotograma- de Adolfo Suárez sentado en el banco azul del Congreso mientras las balas silbaban por el hemiciclo, Cercas radiografía el intento de golpe de estado del 23-F tomando como punto de partido al por entonces dimitido presidente del Gobierno, a su vicepresidente el general manuel Gutiérrez Mellado, y al líder comunista Santiago Carrillo. Efectivamente, los tres que no se tiraron al suelo cuando un teniente coronel de la Guardia Civil, pistola en mano, dio orden de ametrallar el techo.
Cercas opta por documentarse profusamente, para luego plantearse preguntas y proponer hipótesis. Este bloguero tenía 11 años cuando el golpe fallido, y no recuerda algunas de las cosas que sucedían en aquella época, pero como cada quinto, décimo o vigésimo aniversario los periódicos dedican páginas y más páginas a lo mismo, una idea formada sobre el asunto sí tenía. Esto viene a cuento de que algunas de las hipótesis que aporta 'Anatomía de un instante' no son las habituales que se han podido leer y escuchar todos estos años.
Me refiero en concreto, al papel del Rey como salvador de la democracia. El autor dictamina que, efectivamente, la intentona golpista murió cuando el monarca apareció de madrugada en televisión instando a respetar el orden constitucional y desautorizando cualquier movimiento militar -los tanques habían salido a la calle en Valencia- que no aprobasen él mismo o la Junta de Jefes deEstado Mayor; pero también sostiene que en los meses previos al 23-F mantuvo una actitud displicente hacia Suárez que minó la credibilidad de éste ante políticos y militares.
Y una de las cosas que servidor ignoraba y que tiene miga es la entrevista en Lleida entre Enrique Múgica (sí, ese señor de pelo cano que hace ver que ejerce de defensor del Pueblo y está todo el día en el palco del Bernabéu) y Joan Reventós por parte socialista, y el general Armada por la suya propia. Armada buscaba cómplices para formar un Gobierno de unidad nacional presidido por él mismo, que integraría a socialistas, comunistas, populares y, cómo no, militares. Y no salió del todo descontento del encuentro.
El autor quería hacer una novela, pero no funcionaba y optó por el ensayo. Todo eso que salimos ganando los lectores, ya sea uno conocedor o ignorante de lo acontecido no tanto el 23-F sino en los meses previos. Impecablemente escrito, aunando rigor y claridad, cuesta dejarlo una vez empezado. Y lo que se aprende. señora
Además, mi palabra favorita del mes sale de este libro. Si en mayo fue 'aldeano', en junio es 'chisgarabís'. A ver cuándo puedo colarla por aquí.
Vídeo del día: 'Sunday morning', THE VELVET UNDERGROUND
martes, 16 de junio de 2009
Psicoastenia cervecera
martes, 9 de junio de 2009
Citius altius fortius
jueves, 4 de junio de 2009
Homo emocionadus
miércoles, 3 de junio de 2009
Homo bailotensis
Me hubiera gustado ver a Damien Jurado (sin parentesco conocido con La Más Grande), pero el hecho de que actuara a las 17.00 lo hacía prácticamente imposible. Además, he decidido que no voy a ir a los conciertos en el Auditori salvo que toque alguno de mis ídolos intocables. Así que inicié el periplo de nuevo cara al sol para llegar al penúltimo tema de Los Punsetes, mi grupo español favorito de los últimos quince meses.
La siguiente parada del peregrinar primaveril nos llevó a Spiritualized, con uno de los mejores directos que se pudieron ver en el Fórum. El grupo de Jason Pierce, un superviviente de las aventuras tóxicas, ha abandonado los excesos -tanto farmacológicos como musicales- y ahora combina su psicodelia con blues y hasta gospel en un conglomerado de soul eléctrico del que bien podrían tomar nota los cada vez más perdidos Primal Scream.
Me hubiera gustado quedarme a ver todo el bolo, pero la sensación indie de este año aguardaba en otro lado. Con ustedes, desde Brooklyn, atención, The Pains of Being Pure at Heart. Sí, vaya nombrecito. Da igual, estos mozalbetes saquean con pericia y buen gusto el legado de The Pastels, los primeros The Jesus and Mary Chain o los The Wedding Present más melódicos para ofrecer algo más de media hora de actuación arrolladora, con un hit detrás de otro: toma-toma-toma. El tipo de grupo por el que vale le a pena salir de casa e ir a un concierto.
A continuación, cena en el césped mientras vemos y escuchamos a Art Brut. Potente directo, pero su poderosa actuación, a medio camino entre Franz Ferdinand y Robocop Krause, nos pilla con el bocadillo aún en el esófago y no nos entregamos. Sí lo empezamos a hacer justo después con Throwing Muses, nombre capital de la escena bostoniana de los primeros 90, junto a Pixies o Dinosaur Jr. En eta etapa de resurrección -sí, otros que han vuelto- no está Tanya Donnelly, pero la otra cabeza pensante del grupo, Kristin Hersh, se basta y se sobra para cantar un excelente repertorio de indie rock. Respeto.
Sigamos con ilustres veteranos. Jarvis Cocker, antaño al frente de Pulp, venía con su flamante segundo trabajo en solitario, que sorprendemente suena a rock crudote. Y aquello arrancó con visos de ser memorable, con una banda ajustada y pujante y el carisma inmarchitable del propio Jarvis, que lo dio todo. Lo malo es que a los 20 minutos el asunto inició una lenta e imparable cuesta abajo, con un repertorio plano al que el excéntrico vocalista no logró sacar partido pese a momentazos dignos de la gran estrella que es. Ergo: cuando se hizo una capa con la pancarta que alguien le tiró y que rezaba 'Jarvis tío bueno'.
El revival 90s siguió con el electro pop elegante y chic de Saint Etienne, que nos deparó un grandes éxitos delicioso y disfrutable. Me faltó 'You're in a bad way', pero no se puede tener todo. El bajonazo vino con el enésimo cambio de escenario, y no por esperable fue menos deprimente: Bloc Party tienen tres canciones buenas, todas ellas en su primer álbum. Ahora llevan ya tres y aburren al personal con unos ladrillos como menhires, que causan bostezos e invitan a explorar nuevas propuestas.
Y, reforzado el comando Primavera con dos incorporaciones notables, cerramos la velada dándolo todo en la dancefloor al son que dos promotores ingleses (ATP) metidos a DJs tocaban. Y, como solíamos, cerramos el festival en torno a las 5 de la mañana absolutamente perjudicados y gafas de sol en ristre. Y sí, aún era de noche.
Vídeo del día: 'You lie you cheat', SPIRITUALIZED
martes, 2 de junio de 2009
Homo tripletensis
Vuelvo a la acción tras un fin de semana intenso, cargadito de emociones. Desde la consecución de la Copa de Europa hasta ver a Dios hecho hombre guitarra en ristre han sido cuatro tardes y noches de euforia, alegría y alcohol. Este año, el homo festivalensis se desperezó 24 horas antes de que empezara el Primavera Sound para calentar motores con la consecución del triplete futbolero. El de 2009 es, pues, homo tripletensis.
Arrancó el asunto el jueves en el Fórum en el nuevo escenario Vice - RayBan, situado a la vera de lo que un año de estos será el Zoo marino. Como la antigua ubicación ha sido desechada por prohibición expresa de la D.G. de Costas, este año tuvimos solete de cara para empezar. Los protagonistas, los neozelandeses The Bats, un prodigio de pop de guitarras a la vieja usanza, muy a lo Go-Betweens, por buscar un referente del mismo continente. Veteranos y solventes, actuación notable.
A continuación, la resurrección de The Vaselines, combo pop escocés de principios de los 90 que debe la mayor parte de sus seguidores al hecho de que uno de los primeros en aplaudirles fuera Kurt Cobain, que versionó su 'Jesus doesn't want me for a sunbeam'. Sonido irregular al principio, hasta que su mágico sentido de la melodía se adueñó de los altavoces. Segunda sonrisa del día. Ah, no, tercera, que me levanté sonriendo.
No tenía sentido oponerse a mis acompañantes, a quien tanta gracia les hace Joe Crepúsculo. Pues yo no le veo ninguna, qué le voy a hacer. Me parece la típica patochada encumbrada desde un mundillo afín, algo que solía ser muy madrileño y ahora es muy barcelonés. Bien, lo querían ver y lo vimos.
Los franceses Phoenix practican un pop-rock de corte estándar pero modernete, algo pijo para muchos. No lo voy a negar, y seguramente es una de las propuestas más convencionales que pueden degustarse en el Primavera, pero tiene un toque ne-sais-quoi irresistible y un directo la mar de efectivo. Los vi dos años atrás, en el extinto Summercase, y ya me parecieron una buena elección festivalera.
Nunca fui devoto de My Bloody Valentine (en la foto), ni en el 91 ni después. Así que su doble concierto tampoco me hacía salivar a la espera de que empezara. La curiosidad me tuvo allí un cuarto de hora hasta que entendí que si en casi 20 años no había habido nada entre nosotros, aquella no iba a ser tampoco la noche. Impactante sí es, la verdad, la sensación física de los decibelios golpeándote en capas, o más bien ondas, como cuando cae una piedra en un estanque. Al igual que el año pasado en el FIB, en sus conciertos del PS -al aire libre y en el Auditori- regalaban tapones para los oídos por si los necesitabas.
Así que nos fuimos con la música a otra parte, a ver a Jay Reatard, que lo estaba dando todo con su banda de garage punk. A continuación, mis acompañantes quisieron que debatiéramos sobre las inminentes elecciones europeas y dejé de prestar atención al escenario, al que se subieron posteriormente The Horrors, que recientemente han cambiado el glam estridente por la onda siniestra. No me pregunten cómo estuvo, porque no me enteré mucho.
El broche de la jornada lo pusieron Ebony Bones. A saber, tres tías ataviadas harto espectacular dando caña con un punk funk marciano, bailable e irresistible. Una auténtica fiesta dentro de la fiesta, un bolo con una hora muy apropiada -las 3 de la mañana- que nos puso a todos a bailarrrrrr como pocas veces. Y nos fuimos sin cerrar el festival, ojo.
Vídeo del día: 'The muzik', EBONY BONES