jueves, 9 de julio de 2009

Clase, estilo y distinción



Veinticinco años después de su debut, la elegancia, la clase y el estilo de los Pet Shop Boys siguen siendo de lo más moderno del panorama musical. Quien lo quiera comprobar, ahí tiene 'Yes', el último álbum del dúo y uno de sus mejores trabajos. Y también lo pudimos contrastar los 4.000 afortunados que subimos el martes al Poble Espanyol a delitarnos con el nuevo espectáculo de Tennant y Lowe.

En esta ocasión, acudí solo. No había comprado la entrada previamente, así que me dirigía la taquilla cuando me empezaron a ofecer entradas por debajo de su precio oficial, 40 pafias. Me hice el duro, puse cara de 'no me molestes', y me quedé a un metro de la ventanilla haciendo ver que leía no sé qué cuando un guiri hispanoparlante me ofreció un boleto a 30 euros.

Hala, adentro. Momento de recordar lo maravillosos que son los baños del recinto comparados con los de otros lugares que acogen conciertos y el peligro que tiene ir solo cuando se es como yo. No me refiero a atractivo, sino a cervecero. Y sí, el peligro es que bebes y bebes porque no comentas la jugada con nadie; claro que al final, de tanto beber, sí que haces amigos, pero ésa es otra historia.

En vez de teloneros, había una chica con camiseta de David Bowie pinchando clasicos indies en el centro del escenario. Por fin, con 20 minutos de retraso, una intro dio paso a 'Heart' y al dúo junto a su habitual cohorte de coristas y bailarines. Sólo que todos salieron con unos cubos (figuras geométricas, no de los de fregar) en la cabeza, a juego con la escenografía, con (más) cubos formando paredes al estilo del montaje que usaron Pink Floyd en 'The wall'.

A partir de ese momento, unos 100 minutos del mejor pop posible, con picoteo en su último disco -las muy notables 'Love etc.', 'Did you see me coming' o 'Building a wall'- e inserción de pelotazos indicutibles: 'Go west', 'Always on my mind', 'Suburbia'... Hubo cambios de escenografía, cambios de vestuario, cambios de actuantes, todo fluido salvo el hecho de encadenar tres baladas, aunque una fuera la preciosa y poco conocida 'Do I have to'.

El momentazo de la noche abrió la la recta final, con el medley de 'Sé a vida é' y 'Domino dancing', que se transformó en 'Viva la vida' de Coldplay. Sí, odio esa canción, pero me partí la caja viendo a Neil Tennant cantarla ataviado con corona y capa -como Dave Gahan en el vídeo de 'Enjoy the silence'- y acordándome de que los PSB tiran con bala contra la épica cargante. Que les pregunten a U2 por su 'Where the streets have no name'.

Y, sin transiciones, el fiestón se remató con 'It's a sin', que incluyó lanzamiento de estrellitas al público, y cerraba el tramo regular del concierto. Quedaban los bises, dos joyas del cancionero petshopboyiano, pero que quizás deberían haber caído antes: 'Being boring' y 'West End girls'. Me gusta que los finales sean movidos, qué le vamos a hacer, pero ni eso ni el que no tocaran 'Rent' o 'Flamboyant' me van a quitar la sonrisa de bobo que aún llevo.


Vídeo del día: 'It's a sin', PET SHOP BOYS


7 comentarios:

xyz dijo...

¿Pet shop boys? ¿Pero tú no eras homófobo?

Sobrevalorado dijo...

¿Yooooo? Venga, lo que me faltaba por oír.

hostiamor dijo...

Esa pregunta es de suspenso en reading and comprehension del blog.
Si Sobrevalorado ha escrito que ha ido a festivales gays. Y a mí me consta que lo han visto.
Otra cosa es que pueda argumentar que era por un cartel engañoso pero eso es otro cantar.

xyz dijo...

Je je, era una provocación, lo siento

Recomendado dijo...

Mas que tirar con bala, el video es un señor torpedo en la linea de flotacion de los plastas de U2, con su permiso voy a estar una temporada riendome.

Nunca he sido fan de los PSB pero siempre han tenido mis respetos, ahora mas!

Salud
Recomendado (hacia tiempo que no usaba mi otro alias)

Anónimo dijo...

¿Y quién ha dicho que usted no es atractivo???
Pues a mí sí me lo parece.....

Sobrevalorado dijo...

Gracias, a mí también me lo parece. De hecho, en el texto viene a decir eso. Creo.