martes, 30 de agosto de 2011

This charming man



No es el mismo al que cantaban los Smiths pero no cabe duda de que Bryan Ferry es un hombre encantador. Su concierto hace unos días en el Festival de la Porta Ferrada me permitió peregrinar a Sant Feliu de Guixols y sumergirme de pleno en la apoteosis pureta que suponen los conciertos estivales de viejas glorias en la Costa Brava.

El recinto, denominado Espai Port, cuenta con un escenario de primera, enfrentado a una platea y una grada, ambas levantadas en mecanotubo. El sonido, excelente: la iluminación, soberbia; el público, mayorcito. En un lateral, una barra VIP y otra barra para el común de los mortales, pero que tienen truco. Si te levantas durante el concierto a soplar, te tienes que tomar la bebida en la zona de la barra ya que ésta no se puede llevar al asiento. De hecho, el pobre tipo que controlaba la pasarela que accedía a la platea no daba abasto. Y por megafonía, se nos avisó de que se apagara el móvil y de que estaba prohibido fumar, todo muy adulto y muy europeo, dado que había una nutrida representación foránea junto a los integrantes de las 400 familias que, dicen, gobiernan Cataluña.

Bryan Ferry, por su parte, gobierna casi la misma banda que reforzaba el año pasado a los tres supervivientes de Roxy Music. Un combo numeroso, con once personas en escena, entre ellas la hija del cantante, Tara -sí, como la canción de 1982- que, aparte de estar para ponerle un piso, demostró una solvencia al saxo que pocos presumíamos. En cuanto a belleza física, el premio gordo estaba al fondo del escenario: dos bailarinas acompañaron unas cuantas canciones con sus danzas y aquello era digno de verse, mare de Dèu, senyor.

Musicalmente, todo era deluxe. Un sonido pluscuamperfecto desde la primera canción amplificaba los matices de los instrumentistas, mientras que el protagonista de la noche exhibía su veteranía, clase y savoir faire. Ferry tiró de los hits que contiene su carrera en solitario -'Slave to love', 'Don't stop the dance', 'Let's stick together'-, intercaló unas pocas gotas de su reciente álbum, 'Olympia', echó mano de los clásicos -Dylan, Lennon, Young, Screamin' Jay Hawkins- y, para gozo de la mayoría, se miró en el espejo de Roxy Music.

'My only love', 'Tara', 'Avalon' o 'Editions of you' inundaron de satisfacción la viejuna platea y me compensaron el desplazamiento. Puestos a pedir, acortar los solos del guitarrista y de la hija saxofonista para meter alguna perla añeja -pienso en 'The same old scene', 'Trash', 'More than this'- hubiera sido plantar la guinda del pastel, pero qué le vamos a hacer. A una estrella con 40 años de carrera no le vas a dictar el repertorio.

Vídeo del día: 'You can dance',. BRYAN FERRY

3 comentarios:

el barón rampante dijo...

Pido disculpas por el error. El comentario que sigue se refiere a esta entrada: Al leer esta amena reseña, me asaltó una duda: ¿Será que hace tres décadas, los mozos de Siniestro Total se equivocaron con aquello de "¿Sabias que a Breean Ferri le huele el...?"

Sobrevalorado dijo...

Definitivamente, andaban errados. Primero, porque más vale ser maricón de playa que punki, y segundo, si a Ferry le huele el aliento, ¿cómo se ha calzado a Jerry Hall, Amanda Lear o Katie Turner?

Anónimo dijo...

excelente post, digno de disfrutarlo.- Un fuerte abrazo desde San Juan-Argentina. Soy Alejandro Ocampo, creador del Fan-Blog: "Bryan Ferry Argentina" y los perfiles en Facebook, Twitter y MySpace. Te invito a recorrer el blog y que lo disfrutes !!!