Hace unos días me apunté a ver un concierto de un artista que no conocía, JD McPherson, tras ver un vídeo suyo y comprobar que el precio de la entrada era extremadamente asequible. Venía el tipo bien recomendado en diversos sitios de internet que me he jurado no volver a abrir, así que las expectativas eran favorables para una velada de rock and roll a la antigua usanza por parte de una de las estrellas emergentes del género.
Lo malo es que todos los augurios quedaron en eso y poco más. El de Oklahoma colgó el no hay billetes en la 2 de Apolo y, con la sala repleta de entusiastas y un ambiente inmejorable, despachó una actuación anodina, algo impresentable en los cánones de este tipo de música. Mucho medio tiempo que no iba a ningún lado y falta de hits que pusieran aquello patas arriba fueron la tónica de la noche.
Además, el amigo McPherson resulta de un soso asombroso sobre las tablas. Dicen que el día anterior en Madrid partió la pana. Puede que sea eso, y que los excesos le pasaran factura, pero si te dedicas al rock and roll y no tienes carisma ni opresencia escénica, vas dado.
Vídeo del día: 'North side gal', JD McPherson
2 comentarios:
No sé quién es, pero luego he pensado que no me extraña que no lo conozca.
El rockabilly es lo que menos pensaba encontrar por aquí.
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