Con la llegada de los calores estivales han brotado los conciertos light, muy apropiados para esta época porque no fatigan, dejan escaso poso y se digieren con rapidez. Primer ejemplo de lo dicho fue el bolo de Sexy Sadie en Apolo el jueves pasado, dentro de los fastos -es un decir- del 20º aniversario de Subterfuge, su discográfica de toda la vida.
Los mallorquines, una debilidad mía de toda la vida, se separaron hará dos años, así que la ocasión la pintaban calva para pasar un buen rato. Pero el bolo, previsto para una semana antes, se aplazó por problemas entre promotora y patrocinador. Finalmente, sin casi publicidad, el grupo actuó ante apenas 200 personas, lo que, lo siento por ellos, a mí me parecía estupendo. Me gusta estar ancho, qué le vamos a hacer.
Todo pintaba estupendo, pero, si bien andaba yo informado de que el grueso del concierto se centraría en 'It's beatiful, it's love' -el disco más pop del conjunto-, lo que ignoraba es que el bolo iba a ser básicamente lo que se conoce como un Don't Look Back. Es decir, una actuación en la que el artista interpreta íntegro un álbum determinado de hace algunos años. Ojo, no es un mal disco, pero a mí el cuerpo me pedía más guerra y no todas las canciones soportan por igual el paso del tiempo.
Total, que lo que sí me tocó la fibra fueron los bises: 'In the water' y 'Someone like you'. Su primer hit y la canción que más repercusión obtuvo, spot de un coche incluido. Tremendas guitarras, memorables estribillos y un cantante con una voz privilegiada dentro de la escena indie española. Si un grupo que yo sé tuviera esta voz, dejaría de avisar a Houston que tiene un problema.
Y el sábado, parquecito idílico en una antigua masía o convento o vaya usted a saber de L'Hospitalet. Jardines de la Biblioteca Can Sumarro se llama el sitio. Escenario al aire libre y el respetable sentado delante, en un césped la mar de acogedor. Todo ello para ver y oír a Francisco Nixon, presentando su segundo álbum en formato de dos guitarras -acústica y eléctrica-, ya que ahora no es un grupo unipersonal (Fran Fernández) sino un dúo con la inclusión oficial de Richi Vicente.
Velada apacible, degustando algunas buenas canciones y otras que lo son menos. El naturalismo en las letras tiene eso, que pasas de la sublime cotidaneidad ("trabajas en Inditex / más guapa no puedes ser") al desprecio a la métrica con tal de no dejar fuera ningun palabra (la canción 'Notre dame' entera). En cuanto al sonido, la formación de dúo les limita a un folk-pop que en ocasiones me recordó a los Herman Düne.
Y poco más. Algún rescate de La Costa Brava ('Adoro a las pijas de mi ciudad') en el repertorio y todo muy agradable, salvo mi particular senasación de que beber cerveza sentado en el suelo le sienta mal a mi estómago, como tantas otras cosas. Ah. el cierre, con 'La vida sigue igual', de Julio Iglesias, sencillamente espléndido.
Vídeo del día: 'Erasmus borrachas', FRANCISCO NIXON
2 comentarios:
Sabe usted a cuanto está ahora el bolo privado (como el del vídeo) de Francisco Nixon?
En su momento creo que eran 300 euros más gastos. Ahora ya no hacen, al menos por una temporada, según el señor Nixon.
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