lunes, 22 de junio de 2009

Golpe bajo




En estos días en que todo el mundo habla de la trilogía del sueco y de que si "es un bestseller pero no te creas que es una basura como El código da Vinci", servidor ha rematado la lectura de una obra que, desde luego, rivalizará en ventas con el nuevo volumen del difunto Stieg Larsson, y con el que, seguramente, poco más tiene en común. Me refiero a 'Anatomía de un instante', de Javier Cercas.


Partiendo de la imagen -o mejor dicho, del fotograma- de Adolfo Suárez sentado en el banco azul del Congreso mientras las balas silbaban por el hemiciclo, Cercas radiografía el intento de golpe de estado del 23-F tomando como punto de partido al por entonces dimitido presidente del Gobierno, a su vicepresidente el general manuel Gutiérrez Mellado, y al líder comunista Santiago Carrillo. Efectivamente, los tres que no se tiraron al suelo cuando un teniente coronel de la Guardia Civil, pistola en mano, dio orden de ametrallar el techo.


Cercas opta por documentarse profusamente, para luego plantearse preguntas y proponer hipótesis. Este bloguero tenía 11 años cuando el golpe fallido, y no recuerda algunas de las cosas que sucedían en aquella época, pero como cada quinto, décimo o vigésimo aniversario los periódicos dedican páginas y más páginas a lo mismo, una idea formada sobre el asunto sí tenía. Esto viene a cuento de que algunas de las hipótesis que aporta 'Anatomía de un instante' no son las habituales que se han podido leer y escuchar todos estos años.


Me refiero en concreto, al papel del Rey como salvador de la democracia. El autor dictamina que, efectivamente, la intentona golpista murió cuando el monarca apareció de madrugada en televisión instando a respetar el orden constitucional y desautorizando cualquier movimiento militar -los tanques habían salido a la calle en Valencia- que no aprobasen él mismo o la Junta de Jefes deEstado Mayor; pero también sostiene que en los meses previos al 23-F mantuvo una actitud displicente hacia Suárez que minó la credibilidad de éste ante políticos y militares.


Y una de las cosas que servidor ignoraba y que tiene miga es la entrevista en Lleida entre Enrique Múgica (sí, ese señor de pelo cano que hace ver que ejerce de defensor del Pueblo y está todo el día en el palco del Bernabéu) y Joan Reventós por parte socialista, y el general Armada por la suya propia. Armada buscaba cómplices para formar un Gobierno de unidad nacional presidido por él mismo, que integraría a socialistas, comunistas, populares y, cómo no, militares. Y no salió del todo descontento del encuentro.


El autor quería hacer una novela, pero no funcionaba y optó por el ensayo. Todo eso que salimos ganando los lectores, ya sea uno conocedor o ignorante de lo acontecido no tanto el 23-F sino en los meses previos. Impecablemente escrito, aunando rigor y claridad, cuesta dejarlo una vez empezado. Y lo que se aprende. señora


Además, mi palabra favorita del mes sale de este libro. Si en mayo fue 'aldeano', en junio es 'chisgarabís'. A ver cuándo puedo colarla por aquí.


Vídeo del día: 'Sunday morning', THE VELVET UNDERGROUND


3 comentarios:

Oscar Sánchez dijo...

11 años en 1981? Déjeme que calcule no vaya a ser que en este 2009 cambie usted de década...
Convocará a un gran fiestón a través de este blog?

Sobrevalorado dijo...

Sí, en este 2009 cambio de década... Y no, ni a través del blog, ni por Facebook o Twitter, y tampoco subido a Montjuïc haciendo señales de humo pienso convocar un gran fiestón.

Estoy algo asocial últimamente

Anónimo dijo...

¿Que cojones quiere decir chisgarabis?