miércoles, 3 de junio de 2009

Homo bailotensis




Me hubiera gustado ver a Damien Jurado (sin parentesco conocido con La Más Grande), pero el hecho de que actuara a las 17.00 lo hacía prácticamente imposible. Además, he decidido que no voy a ir a los conciertos en el Auditori salvo que toque alguno de mis ídolos intocables. Así que inicié el periplo de nuevo cara al sol para llegar al penúltimo tema de Los Punsetes, mi grupo español favorito de los últimos quince meses.


La siguiente parada del peregrinar primaveril nos llevó a Spiritualized, con uno de los mejores directos que se pudieron ver en el Fórum. El grupo de Jason Pierce, un superviviente de las aventuras tóxicas, ha abandonado los excesos -tanto farmacológicos como musicales- y ahora combina su psicodelia con blues y hasta gospel en un conglomerado de soul eléctrico del que bien podrían tomar nota los cada vez más perdidos Primal Scream.


Me hubiera gustado quedarme a ver todo el bolo, pero la sensación indie de este año aguardaba en otro lado. Con ustedes, desde Brooklyn, atención, The Pains of Being Pure at Heart. Sí, vaya nombrecito. Da igual, estos mozalbetes saquean con pericia y buen gusto el legado de The Pastels, los primeros The Jesus and Mary Chain o los The Wedding Present más melódicos para ofrecer algo más de media hora de actuación arrolladora, con un hit detrás de otro: toma-toma-toma. El tipo de grupo por el que vale le a pena salir de casa e ir a un concierto.


A continuación, cena en el césped mientras vemos y escuchamos a Art Brut. Potente directo, pero su poderosa actuación, a medio camino entre Franz Ferdinand y Robocop Krause, nos pilla con el bocadillo aún en el esófago y no nos entregamos. Sí lo empezamos a hacer justo después con Throwing Muses, nombre capital de la escena bostoniana de los primeros 90, junto a Pixies o Dinosaur Jr. En eta etapa de resurrección -sí, otros que han vuelto- no está Tanya Donnelly, pero la otra cabeza pensante del grupo, Kristin Hersh, se basta y se sobra para cantar un excelente repertorio de indie rock. Respeto.


Sigamos con ilustres veteranos. Jarvis Cocker, antaño al frente de Pulp, venía con su flamante segundo trabajo en solitario, que sorprendemente suena a rock crudote. Y aquello arrancó con visos de ser memorable, con una banda ajustada y pujante y el carisma inmarchitable del propio Jarvis, que lo dio todo. Lo malo es que a los 20 minutos el asunto inició una lenta e imparable cuesta abajo, con un repertorio plano al que el excéntrico vocalista no logró sacar partido pese a momentazos dignos de la gran estrella que es. Ergo: cuando se hizo una capa con la pancarta que alguien le tiró y que rezaba 'Jarvis tío bueno'.


El revival 90s siguió con el electro pop elegante y chic de Saint Etienne, que nos deparó un grandes éxitos delicioso y disfrutable. Me faltó 'You're in a bad way', pero no se puede tener todo. El bajonazo vino con el enésimo cambio de escenario, y no por esperable fue menos deprimente: Bloc Party tienen tres canciones buenas, todas ellas en su primer álbum. Ahora llevan ya tres y aburren al personal con unos ladrillos como menhires, que causan bostezos e invitan a explorar nuevas propuestas.


Y, reforzado el comando Primavera con dos incorporaciones notables, cerramos la velada dándolo todo en la dancefloor al son que dos promotores ingleses (ATP) metidos a DJs tocaban. Y, como solíamos, cerramos el festival en torno a las 5 de la mañana absolutamente perjudicados y gafas de sol en ristre. Y sí, aún era de noche.


Vídeo del día: 'You lie you cheat', SPIRITUALIZED


4 comentarios:

touching the balls dijo...

Palabras clave: periplo, aventuras tóxicas, conglomerado, mozalbetes, esófago, antaño, inmarchitable, ergo, menhires.

Te estas superando. Sigue asi

Ausente dijo...

A mí me gusta Bloc Party. ¿Ya no soy moderna? ¿Jarvis no canta canciones de Pulp?

xyz dijo...

Si las incorporaciones notables fueran mozas, ¿lo pondrias?

Sobrevalorado dijo...

1.- Reconozco que me he gustado con lo de ergo.

2.- No lo sé, no la conozco. No, Jarvis no canta temas de Pulp.

3.- Eran mozas. Si no, no serían notables.