Con el alborozo de recibir de nuevo en la Ciudad Condal a mi amigo y sin embargo tocayo R., me planté el sábado en el Fórum a charlar con él mientras escuchábamos el rock americano de los veteranos The Jayhawks. Entre una cosa y otra, me di cuenta de que se me había olvidado ir a ver el concierto de Kitty, Daisy and Lewis, una de las novedades más estimulantes de este año. Otra vez será.
Chequeando una y otra vez el reloj, atacamos la cena mientras atendíamos al amable folk-pop de Herman Düne. Ya saben, tipo con barbas y pinta de bohemio rasgando alegres y tarareables melodías a la guitarra. Le podríamos haber prestado mayor atención, es cierto, pero había que irse preparando para la madre de todos los conciertos.
Para resumir un poco, Neil Young estuvo a la altura de su leyenda. Gran aglomeración de gente en el escenario principal pero relativa comodidad, y un ambiente muy entregado al canadiense. Se hablaba de que iba a tocar dos horas y media -no había referencia directa, era el primer bolo de la gira europea- que al final quedaron en hora y tres cuartos. Estupendo. No sobró nada. Como tiene que ser, nos dejó con ganas de más.
Arrancó con 'Mansion on the hill', una favorita personal, para atacar luego uno de sus (y mis) hitos: 'Hey hey my my'. Cuando el riff sobresaturó los amplificadores, la piel se me puso de gallina, pero, según avanzó la canción, me ocurrió algo que no recuerdo que me haya pasado nunca en un concierto. Me refiero a que me sobrevinieron un temblor y una serie de hipidos de esos que suelen preceder a las lágrimas. Sí, casi me pongo a llorar con un tema conducido por una guitarra machacona, algo debe de ocurrirme. En fin, me pasaron muchas cosas por la cabeza en esos momentos, pero se los voy a ahorrar, que esto no es 'Hablar por hablar'.
A lo que iba. Young alternó sus facetas acústica y eléctrica y nos regaló algunas de las mejores joyas de su cancionero: 'The needle and the damage done', 'Cortez the killer', 'Cinnamon girl', 'Heart of gold'... Con casi 64 años a cuestas, dictó una lección magistral de lo que se denomina habitualmente rock americano, bien sentado al piano o arrimando su Gibson Les Paul a los amplis en busca de acoples.
Me iba a extender en detalles sobre el asunto, pero me cuesta poner por escrito algo que resultó tan sensacional (de sensaciones, vull dir). Prefiero zanjarlo aquí y rememorar ese estremecedor "Marlon Brando, Pocahontas and me" con que cierra la canción dedicada a la princesa india. Ah, cerró con 'Rockin' in the free world' y el 'A day in the life' de los Beatles.
Tembloroso y emocionado, me reencontré con mis acompañantes y pusimos proa a la otra punta del recinto a escuchar a otra de las revelaciones del certamen: Ezra Furman and the Harpoons. Sí, ya, otro nombre que tiene tela. Aires de Dylan rejuvenecido para una banda que contagia optimismo, actitud y savoir faire, y con un cantante que aún se debe de estar preguntando qué le dijo un tipo harto cocido -servidor- que se acercó a felicitarle por el bolo un rato después. Quiero verlos otra vez.
Supongo que luego vimos algo de The Soft Pack, pero no recuerdo nada al respecto. Sí tengo claro que los siguientes en el mismo escenario, Black Lips, fueron la última banda que vi este año. Antes de las 4, cosa extraña, emprendimos la retirada. Y no me pregunten por el resto de la programación del festival en otros lugares, como el Parc Joan Miró o la sala Apolo, porque el día tiene 24 horas y algunas de ellas son para dormir.
Vídeo del día: 'Down by the river', NEIL YOUNG
4 comentarios:
Espero, deseo e imploro que vuelva otra vez! Y que cuando lo haga mi situacion economica este mejor!
Estoy verde de envidia!!!
No cayo "Like a hurricane"? Como me gusta! La version de mas de 15 minutos que se casca en el "Weld" con los Crazy Horse es monumental!
Voy a seguir implorando al altisimo que le guarde la salud y vuelva otra vez!
Salud (especialmente para Neil Young)
Palabras clave: tocayo, tarareables, sobresaturó, hipidos, savoir faire.
Bajando el nivel, cuidado. Y eres un blando y un llorica, que lo sepas.
No, no cayó 'Like a hurricane'. Imagino que el cupo de temas largos quedó cubierto con 'Cortez the killer'. Y, aunque con Crazy Horse ya sea rizar el rizo, con su actual banda el señor Young suena tremendo.
Joder, heart of gold, qué tiempos
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