martes, 2 de junio de 2009

Homo tripletensis




Vuelvo a la acción tras un fin de semana intenso, cargadito de emociones. Desde la consecución de la Copa de Europa hasta ver a Dios hecho hombre guitarra en ristre han sido cuatro tardes y noches de euforia, alegría y alcohol. Este año, el homo festivalensis se desperezó 24 horas antes de que empezara el Primavera Sound para calentar motores con la consecución del triplete futbolero. El de 2009 es, pues, homo tripletensis.


Arrancó el asunto el jueves en el Fórum en el nuevo escenario Vice - RayBan, situado a la vera de lo que un año de estos será el Zoo marino. Como la antigua ubicación ha sido desechada por prohibición expresa de la D.G. de Costas, este año tuvimos solete de cara para empezar. Los protagonistas, los neozelandeses The Bats, un prodigio de pop de guitarras a la vieja usanza, muy a lo Go-Betweens, por buscar un referente del mismo continente. Veteranos y solventes, actuación notable.


A continuación, la resurrección de The Vaselines, combo pop escocés de principios de los 90 que debe la mayor parte de sus seguidores al hecho de que uno de los primeros en aplaudirles fuera Kurt Cobain, que versionó su 'Jesus doesn't want me for a sunbeam'. Sonido irregular al principio, hasta que su mágico sentido de la melodía se adueñó de los altavoces. Segunda sonrisa del día. Ah, no, tercera, que me levanté sonriendo.


No tenía sentido oponerse a mis acompañantes, a quien tanta gracia les hace Joe Crepúsculo. Pues yo no le veo ninguna, qué le voy a hacer. Me parece la típica patochada encumbrada desde un mundillo afín, algo que solía ser muy madrileño y ahora es muy barcelonés. Bien, lo querían ver y lo vimos.


Los franceses Phoenix practican un pop-rock de corte estándar pero modernete, algo pijo para muchos. No lo voy a negar, y seguramente es una de las propuestas más convencionales que pueden degustarse en el Primavera, pero tiene un toque ne-sais-quoi irresistible y un directo la mar de efectivo. Los vi dos años atrás, en el extinto Summercase, y ya me parecieron una buena elección festivalera.


Nunca fui devoto de My Bloody Valentine (en la foto), ni en el 91 ni después. Así que su doble concierto tampoco me hacía salivar a la espera de que empezara. La curiosidad me tuvo allí un cuarto de hora hasta que entendí que si en casi 20 años no había habido nada entre nosotros, aquella no iba a ser tampoco la noche. Impactante sí es, la verdad, la sensación física de los decibelios golpeándote en capas, o más bien ondas, como cuando cae una piedra en un estanque. Al igual que el año pasado en el FIB, en sus conciertos del PS -al aire libre y en el Auditori- regalaban tapones para los oídos por si los necesitabas.


Así que nos fuimos con la música a otra parte, a ver a Jay Reatard, que lo estaba dando todo con su banda de garage punk. A continuación, mis acompañantes quisieron que debatiéramos sobre las inminentes elecciones europeas y dejé de prestar atención al escenario, al que se subieron posteriormente The Horrors, que recientemente han cambiado el glam estridente por la onda siniestra. No me pregunten cómo estuvo, porque no me enteré mucho.


El broche de la jornada lo pusieron Ebony Bones. A saber, tres tías ataviadas harto espectacular dando caña con un punk funk marciano, bailable e irresistible. Una auténtica fiesta dentro de la fiesta, un bolo con una hora muy apropiada -las 3 de la mañana- que nos puso a todos a bailarrrrrr como pocas veces. Y nos fuimos sin cerrar el festival, ojo.


Vídeo del día: 'The muzik', EBONY BONES


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira que ir a un festival como el Primavera y no te guste My Bloody Valentine.

touching the balls dijo...

Palabras clave del texto: ray-ban, mágico, patochada, ne sais quoi, elecciones europeas, bailarrrrr.

Con esta base, no sé si me gustaría ir a un festival de estos

xyz dijo...

A ver ¿alguien en su sano juicio escucha a My Darling Clementine? Es que ni a Sobrevalorado le gustan, lo que me extraña porque defiende cada cosa que no sé no sé

Sobrevalorado dijo...

1.- No, no me gusta nada My Bloody Valentine. Pero reconozco que los 10 minutos de agresión sonora que aguanté fueron... estimulantes.

2.- Touching, se deja usted lo de glam estridente, por reiterativo. El glam tiene siempre que ser estridente.

3.- Si contara las marcianadas que forman parte de la programación del PS y que he conocido en las semanas previas para poder decidir con rapidez sobre el terreno... No me iban a creer.