Dentro de la muy pobre cosecha musical española de 2009 llama poderosamente la atención el debut de La Bien Querida, una suerte de cantautora indie a la que una moderna y controvertida producción ha transformado sus canciones de agradables tonadas de guitarra de palo -las maquetas en su myspace pudieron oírse durante casi dos años- a joyas pulimentadas que engarzan el posiblemente mejor álbum nacional del año.
Quedaba por comprobar si pasaba la prueba del directo y el resultado, obtenido el pasado sábado en la 2 de Apolo, fue de notable alto. La interfecta, que atiende por Ana Fernández-Villaverde -sí, necesitaba un alias- fue desgranando las canciones de 'Romancero' con sobriedad, elegancia y, lo que uno menos esperaba, emoción. Porque si de algo peca la chica -o quizás ése sea uno de sus encantos, no estoy seguro- es de cierta frialdad en su canto, de poner cierta distancia entre artista y oyente a la hora de interpretar sus temas.
Por el contario, en vivo se reveló directa y lírica a la vez, recordándome en ocasiones los mejores momentos de La Buena Vida. Claro que el acompañamiento que llevaba, con una banda versátil y avezada en sonoridades poco habituales, acababa por diferenciarla de los donostiarras y de darle un toque personal, algo diferente en el aburrido panorama actual.
Teniendo en cuenta que el productor de su disco, líder de su banda en directo y maromo es David Rodríguez, de los inclasificables Beef -y ahora en La Estrella de David-, uno podría haberse hecho ya una idea de que el directo de La Bien Querida no es lánguido y esclavo de las poses sino todo lo contrario. Una sorpresa tratándose de una mujer que se dedicaba a la pintura y que hace unos pocos años optó por cambiar los pinceles por la guitarra y lanzarse a componer. Eso que hemos ganado los demás.
Vídeo del día: De momento abril, LA BIEN QUERIDA
3 comentarios:
tota una troballa. vaig a buscar més coses d'ella per la xarxa.
Y me han venido de golpe las cosas que te hubiera dicho.... nos lapresentó usted una vez en el blog..
... y me olvidé escribir que estuvo en este último Primavera Sound, pero a una hora temprana que hacía inviable mi asistencia. Tampoco estuvo muy bien ese día, me han contado.
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