lunes, 1 de marzo de 2010

Efervescente optimismo



No se me ocurre mejor banda sonora para una mañana soleada que Vampire Weekend. Sus píldoras de pop juguetón, a veces saltarín, tan deudoras de Talking Heads como del 'Graceland' de Paul Simon, rebosan optimismo y luminosidad. Así que el público que se aplastaba el sábado por la noche en la infame sala Penélope -luego me extiendo sobre este asunto- tenía claro que no iba a asistir a un concierto de un artista cortavenas, sino todo lo contrario. Alegría, que cantaban los Antònia Font.


La crítica especializada tiende a tildar de pijos a los integrantes del cuarteto neoyorquino, estudiantes de clase media acomodada que se conocieron en la universidad. Puede que haya algo de cierto aunque el hábito no haga necesariamente al monje, pero lo indudable es que Vampire Weekend son ahora mismo una banda inspirada, con un sonido ajustado y sin desvaríos pero rico en detalles. Canciones de no más de cuatro minutos que acaban cuando tienen que acabar, sin autocomplacencia. Ya saben, menos es más, lo bueno si breve...


Con todo ello, respetable y artista dieron muestras de pasarlo en grande. Los de abajo, saltando en la medida en que pueden hacerlo las sardinas en lata. Los de arriba, ofreciendo inspiradas lecturas de 'Cape Cod kwassa kwassa', 'A-punk', 'Horchata' u 'Oxford comma' y confirmando que la revelación de 2008 que maravilló ese año en el Primavera Sound sigue teniendo eso. El inapelable fin de fiesta, con 'Walcott', mandó a la gente a la calle con una sonrisa en el rostro.


Y ahora toca hablar de la chapuza por parte de la promotora, que no es otra que la cervecera Heineken, metida a otros menesteres. No satisfecha con regir una sala en Madrid y otra en Valencia, la marca verde ha intentado abrir un local en la Ciudad Condal, hasta ahora sin éxito, y se ha erigido en competencia de otras promotoras cuadruplicado cachés en algún caso, lo que suele repercutir en el precio de las entradas. Hablo de The Pains of Being Pure at Heart en concreto.


En el caso que me ocupa, el escenario elegido para el bolo de Vampire Weekend fue la discoteca Penélope, situada en un rincón escondido del Poble Espanyol. Lo gracioso es que uno pasaba un control en las puertas del recinto y le abandonaban a su suerte en el interior de esta joya del kitsch retroturístico. Ni una indicación de la sala ni personal de la organización ni nada, así que Vicente va donde va la gente rezando para que sepan para dónde tirar. Obviamente, un grupo de más de 20 tuvimos que desandar lo andado en un momento dado hasta dar con la discoteca.


Ya dentro, la sorpresa de última hora fue que el telonero no hizo acto de presencia. Y la penúltima, comprobar que el local era realmente diminuto para una banda que, a buen seguro, hubiera reventado la sala 1 de Razzmatazz, con capacidad para 2.400 personas. En cambio, la salita de marras era más pequeña incluso que la sala 2 del complejo de la calle Almogàvers o el inmejorable Apolo.


Así que hubo que estar bien apretadito, gracias al sold out anunciado con semanas de anterioridad. Y suerte tuve de verlo desde un buen sitio -y, muy importante, próximo a la barra-, porque llegó un momento que, según entraba la gante, la mandaban obligatoriamente a un primer piso en el que sólo gozaba de buena visibilidad la primera fila acodada en la baranda. Y ya que lo preguntan, la entrada valía 27 euros más gastos. Resultado: hay gente que aún echa humo.


Vídeo del día: 'Cousins', VAMPIRE WEEKEND


PD: Al parecer, los chavales se quedaron con ganas de fiesta y siguieron de parranda esa misma noche en un piso particular. Lástima no haber estado.




5 comentarios:

xyz dijo...

¿Que es un cortavenas? Y bebe cocacola en vez de heineken

el barón rampante dijo...

En cuanto a Heineken, "Dutch beer is like making love in a cano: fucking close to water". Lo que cuenta usted del conjunto musical suena bien. Voy a investigar.

Berlín dijo...

Me parece raro que no terminaras en el cumpleaños donde tocó la banda. ¿Seguro que no estabas allí?

Sobrevalorado dijo...

No, no estaba allí. Estuve tomando algo con unos señores mayores.

Anónimo dijo...

Hola Sobrevalorado. Tenía ya ganas de contactar contigo y me ha parecido estupenda tu opinión sobre Vampire Weekend, que comparto. En Bruselas no hubo manera de pillar entradas. Otra vez será.
Merche