miércoles, 16 de noviembre de 2011

Sin llegar a mayores


Llevo un par de años o así en que no veo muchos conciertos de artistas españoles. Algunos que me interesaban han dejado de gustarme y no hay muchas novedades que me llamen la atención, por lo que en los últimos días me he animado a acercarme a los bolos de Atom Rhumba y Bigott, artistas por los que tengo cierto interés pero sin llegar a mayores.

A los primeros (ver foto) ya les vi en directo hará cinco o seis años y mi recuerdo era el de una apisonadora en directo que mezcla el rock'n'roll garajero y grasiento con el funk más incendiario y desbocado. Pues bien, apenas han cambiado, lo que tampoco es demasiado de extrañar en una banda cuyos referentes podrían ser tildados de clásicos o de inmovilistas, a gasto del consumidor. Electricidad desbordante servida por un cuarteto -ay, esa ausencia del saxofonista fue el único pero- que vence y convence en las distancias cortas, como fue el caso de La 2 de Apolo con apenas media entrada.

Además de ser un torbellino sobre las tablas, los vizcaínos tienen sentido del humor, algo poco habitual en los tiempos que corren. Dada la escasa respuesta del respetable -era un jueves de lo más anodino-, el cantante pidió un poco de agitación, ante lo que el guitarrista exclamó "Déjalos, que mañana tienen que diseñar".

Algo similar en cuanto a cercanía y asistencia esperaba el pasado viernes en Apolo (sala grande) cuando desistí de quedarme en casa y me lancé a explorar la noche. Pues bien, llego 10 minutos tarde, subo la escalera y me encuentro con el local casi lleno, a un 80% de su capacidad más o menos, para ver al zaragozano Bigott, al que yo hacía mucho más minoritario.

Durante un rato tuve la sensación de hallarme en un concierto de, por ejemplo, Lori Meyers. La inmensa mayoría de la parroquia era de edad universitaria y coreaba buena parte de las canciones, así que la idea que yo traía de que el maño era un artista para conocedores -basada en ningún dato empírico, por otra parte- se esfumó en cuestión de segundos.

Por lo que respecta al concierto, me quedé con que Bigott es un animal escénico y que su banda le arropa convenientemente sonando como un cañón. No obstante, lo que yo le había escuchado en discos previos al la manta que presentaba en Apolo sugería un sonido más tabernario y áspero, con más aristas. Pero como el hombre es un desprejuiciado de tomo y lomo, se conoce que ha abierto su paleta estilística a sonoridades más convencionales, como en su reciente sencillo 'Cannibal dinner'. En fin, no fue un desastre ni mucho menos, pero esperaba otra cosa.

Vídeo del día:  'Cynic skin', ATOM RHUMBA



4 comentarios:

Raúl dijo...

Atom Ruhmba de Getxo???? Como te lean...;)

En Bizkaia existe la dicotomía margen derecha (Getxo)/Margen izquierda que topicamente se traduce como zona de pasta/zona obrera.

Los miembros de Atom Rhumba son de la margen izquierda o de Navarra.

Es una chorrada, supongo, que si no eres de Bilbo no se entiende.

Raúl dijo...

Algo asi como si escribes que uno del Barça que es del Real Madrid, para entendernos.

Sobrevalorado dijo...

Tienes toda la razón, Raúl, al tirar de memoria he metido la pata hasta el corvejón y he confundido su procedencia con la de We are Standard, que sí son de Getxo. Queda corregido inmediatamente, y espero que los rhumberos no se lo tomen a mal.

Pese a no ser vizcaíno, algunas nociones sobre la rivalidad margen izquierda - derecha sí que tengo (los de Barakaldo o Portugalete te lo cuentan nada más conocerte), con lo que soy plenamente consciente del disparate.

Mi eterno agradecimiento, Raúl.

dar cera, pulir cera dijo...

A mí también me sonaba raro. Pero vamos, tampoco mucho.