miércoles, 14 de diciembre de 2011

Los abuelos tienen un plan



The Sonics se formaron en 1960, y por mucho que he buscado, no he encontrado la fecha de nacimiento de sus integrantes, por lo que imagino que, en el mejor de los casos, estarán ahora a punto de cumplir 70 años. Hacia 1963 adoptaron su formación definitiva, al año siguiente editaron su primer single,'The witch', y ya en 1965 salió a la calle 'Here are the Sonics', uno de los pocos álbumes calificados comúnmente de míticos que merece la etiqueta. No duraron mucho, ediaron dos LPs más y un puñado de sencillos y en 1967 se acabó lo que se daba. Desde entonces no hubo más que alguna reunión parcial, afortunadamente esporádica, hasta que a finales de 2007 una formación bastante fiel a la original regresó a los escenarios.

Pasaron por el Primavera Sound meses después y me quedó una sensación agridulce. Tocando en el mayor de  los escenarios, el punch se perdía en la inmensidad del Fórum y su feroz rock de garaje quedaba rebajado al nivel de una orquestilla de crucero. Así pues, cuando se anunció su retorno a estos lares me quedé un poco así, como lamentando que la cosa no diera para más. Pero un par de voces autorizadas me hicieron cambiar de opinión y acabé dando con mis huesos en Salamandra una noche de miércoles a ver cómo les iba a los yayos.

La velada empezó extraña. Entro y oigo al portero decirle a un colega que el cantante del grupo telonero se ha pegado un leñazo de órdago en la primera canción y ahí se acabó su actuación. Entro, pillo sitio en la barra y pasa media hora sin que ocurra nada. Entonces atisbo por una rendija cómo se llevan al infortunado vocalista en camilla con una pierna entablillada y un collarín camino de la ambulancia. Pobre.

Después de una espera interminable se levanta la pantalla-telón y salen los Sonics. Ay, Dios, qué mayores son. Vale, como los Stones, pero ni se tiñen el pelo ni mantienen un estado de forma adolescente (como Jagger) ni han ido al infierno y han vuelto (como Richards). Parecen salidos de una terraza de la costa almeriense, con el autobús del tour operador esperando. Pero, ah amigo, empiezan a tocar y no es la misma vaina.

Mis temores se desvanecen. El quinteto arranca con vigor y poderío y la audiencia, que al final ocupa tres cuartas partes del local, le sigue con entusiasmo. A todo trapo, el genuino rock de garaje del noroeste no ha perdido ni un ápice de efectividad. Caen temas propios y ajenos, pero son sus tres reconocidos pelotazos los que ponen la sala patas arriba: 'Have love, will travel', 'Strychnine' y 'Psycho'. Cuando se retiran, pienso que han dejado el último tema a punto de caramelo para engancharlo vía medley con 'Louie Louie'. Salen para el bis y, sin medley, claro, ofrecen un granítico 'Louie Louie'.

Ha sido poco más de una hora, pero no ha sobrado nada. Y quizás la etiqueta de 60's punk sea un poco exagerada, a la vista de una escena entrañable: Una señora mayor -pero mayor de verdad- sale del camerino y monta la mesa del merchandising, que vuela en cuestión de minutos. Antes de volver con el que sea su marido y los demás, se hace fotos con algunos fans irredentos, felicísimos de llevarse a casa la estampa.

Vídeo del día: 'Boss hoss', THE SONICS

2 comentarios:

r.n.r beast dijo...

Ni idea de que venían los Sonics, despiste totalllll

psychoooo! dijo...

Vienen los sonics y me entero ahora??? Gññrkj$#br