El olor del napalm por la mañana

El delirio ácido que envolvía el 'Apocalypse now' de Coppola -ya saben, el olor a napalm por la mañana y los bombardeos con la Cabalgata de las Valquirias a todo volumen- resultaba muy sugerente pero mitificaba (deshumanizándolo) en cierto modo lo que de horrible tiene una guerra. Si en cambio uno quiere apreciar el tedio y el absurdo que casi siempre acompaña a una acción bélica de verdad, mejor que vea 'Generation kill'.

Esta miniserie (siete entregas de hora y cinco aproximadamente) de HBO que ha emitido este otoño Canal + tras su pase estival en EEUU narra el periplo en Irak de una compañía de marines de reconocimiento desde que empieza la invasión hasta que, caída Bagdad, quedan acuartelados. El verismo está garantizado, ya que la serie nace del libro escrito por Evan Wright, un reportero de Rolling Stone que acompañó a los soldados desde que entraron en el país mesopotámico.

Y la calidad también está garantizada ya que detrás de 'Generation kill' se hallan los responsables de 'The wire', serie que este blog les recomienda encarecidamente. Lo que nos cuentan en esta ocasión es el día a día de los soldados, las horas muertas, las esperas, la tediosa rutina, vamos, como los maderos de 'The wire' en Baltimore. Al igual que ellos, su trabajo tiene muy poco de heroico, mucho de inútil y su eficacia se ve lastrada a menudo por la ineludible burocracia.

¿Hay acción? Sí, claro, pero esto no es la primera media hora del soldado Ryan. En las guerras de hoy en día se dispara -si se llega a dar el caso- a 300 metros. Las más de las veces se informa a la artillería o la aviación de unas coordenadas y asunto resuelto. Mientras, las preocupaciones son escoger el mejor lugar para aliviarse o conseguir pilas para las gafas de visión nocturna.

Aquí no hay lugar para el mensaje patriótico y las soflamas. Sí hay personajes imbuidos de las creencias tipo George Bush, pero también marines que piensan que aquello es un desastre, una pérdida de tiempo y vidas, y cuestionan las órdenes. Hay soldados bienintencionados y cretinos de gatillo fácil, y la atmósfera machista lógica en un ambiente con tanta testosterona acumulada.

Imagino que saldrá a la venta en DVD en breve, pero si son ustedes impacientes -y agarrados-, internet ofrece múltiples posibilidades. Y hasta aquí puedo leer, que la SGAE tiene espías por todas partes.

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