lunes, 5 de julio de 2010

Un genuino 'entertainer'



Siguiendo con mi tendencia a descubrir jóvenes talentos de la música en directo, el otro día acudí a escuchar a un joven de 53 años llamado Chris Isaak. Bromas aparte, el californiano ofreció una velada en el Auditori para paladares clásicos en lo musical aunque servida con modos de entertainer. No fue Las Vegas, aunque en ocasiones estuvo cerca.

Lo primero llamativo fue la pinta del artista. Isaak, chico guapo con tupé y nariz de púgil, salió a escena con un traje turquesa aderezado con floripondios estampados que sólo puede lucir una verdadera estrella. Pero a mí aún me chocó más el maquilaje que llevaba para protegere de los focos; era tan blanco que el cantante parecía en ocasiones un actor de kabuki japonés. también merece una mención -y una denuncia- el sastre de la banda, que les ha confeccionado uno de los trajes más feos que he visto en mi vida.

El gran showman que es Isaak no tuvo bastante con sus divertidos parlamentos entre canciones -el día que conoció a James Brown, muy gracioso- y apeló a sus músicos para quie le siguieran las bromas. Error: No todo el mundo tiene gracia, y forzar la máquina cuando no tienes ese don puede ser cargante. Ahí se distinguió el bajista, un pesado en toda regla. El cantante, por su parte, bajó a la platea un par de veces y, a la quinta canción, el 'Love me tender' de un tal Elvis Presley, agarró el micro y se paseó por el anfiteatro más elevado del recinto cosechando el delirio de los fans. Un crack.

En lo musical, el fuerte de Isaak son las baladas a lo crooner y el rock'n'roll cincuentero entre Presley y Roy Orbison, de quien cantó 'Oh pretty woman'. De su propia cosecha, cayó todo lo que tenía que caer, con 'Dancin', 'Wicked game' o 'Baby did a bad bad thing' alternándose con piezas más frescas, las del reciente álbum 'Mr. Lucky', siempre bajo una pátina de romanticismo old style. Para los bises, nuestro hombre rizó el rizo y se calzó un traje no ya de lentejuelas sino de espejitos. Pero cantó 'Blue hotel' como los ángeles y hubiera dado igual que saliese en calzoncillos.

Por ponerle algún pero a tan excelsa actuación diría que cuando se acerca al soul -versión de mr. Brown, por ejemplo- su voz no es los suficientemente negra, le sobran pulcritud y buenas maneras. El fin de fiesta con cuatro chicas bailando junto a su ídolo con escaso arte -y el histórico fotógrafo Flowers- no fue quizás el que uno hubiera soñado, pero eso son naderías comparado con el pedazo de concierto y la clase que atesora (aún) el amigo Chris.

Vídeo del día: 'Blue Spanish sky'

2 comentarios:

el barón rampante dijo...

Juraría que es el mismo traje que llevaba hace 18 años en una fría noche de invierno en el Vooruit de Gante. Da gusto leer que este vozarrón sigue intacto. De lo mejorcito.

Anónimo dijo...

¿Se habrá cambiado de traje, no? Al menos, a traje por gira