lunes, 27 de junio de 2011

Juventud y madurez




Dos conciertos de la semana pasada vinieron a confirmar lo que ya sabía: hasta en cuestión de gustos, la juventud queda cada vez más lejos. En Apolo, The Pains of Being Pure at Heart ofrecieron un buen concierto de pop de guitarras saltarinas a tope de reverb, con melodías que evocan muy a las claras a Teenage Fanclub, The Pastels o The Jesus and Mary Chain. Los temas de su segundo álbum, 'Belong', sonaron como si éste fuera un apéndice de su debut homónimo, que les presentó como el hype del año en el Primavera Sound de 2009.

Lo malo es que pasado el efecto refrescante de la novedad, el poso es más bien escaso. La fórmula, aunque efectiva en un principio, tiende a sonar repetitiva en un concierto que a los 70 minutos intentaron dar por acabado, con lo que quedó claro que lo suyo no son las distancias cortas, sino cortísimas.

Y tampoco es que tengan un repertorio de clásicos imperecederos, sino un arsenal de píldoras de pop vitaminado, veloz pero con poca variación de sabores. Sí puntuó a favor del quinteto de Brooklyn una sonorización excelente desde el primer momento, con guitarras vociferantes y una voz casi en susurro que daba gusto escuchar desde el fondo del local. Hacia el tramo final del concierto, me asaltó la sensación de que si tuviera 19 años estaría en primera fila dándolo todo, pero que a estas alturas de partido The Pains of Naino Naino (una variación del nombre que ha hecho furor) no me van a hacer más feliz de lo que soy.

Por el contrario, Destroyer son una banda de sonido genuinamente adulto que me provoca, más que estados de felicidad desbocada, sensaciones de moderada satisfacción. El proyecto paralelo de Dan Bejar -uno de los pilares de esa maravilla llamada The New Pornographers- rezuma pop elegante, atemporal, con un aire setentero que en ocasiones recuerda a Steely Dan, Prefab Sprout o Roxy Music y que, con menos imaginación y más estribillos cansinos, sería carne de M80 Radio.

Veinticuatro horas después de la inmersión postadoleascente, en un Bikini con sólo un tercio de entrada (maravillosa amplitud), Bejar y siete cómplices reprodujeron los lujosos sonidos contenidos en 'Kaputt', su reciente trabajo, además de canciones anteriores en las que no estoy tan versado. Por cierto, muy curioso el que cinco de los ocho músicos llevaran camisas de cuadros que parecían salidas de un saldo en el centro comercial situado encima de la sala. También me llamó la atención la aparente papa que gastaba el líder del grupo y que, sin embargo, el sujeto no fallara una nota en toda la velada. Experiencia, imagino.

Vídeo del día: 'Chinatown', DESTROYER

4 comentarios:

truco o trato dijo...

Puede que no lo haya entendido del todo. La música alegre y saltarina es propia de jóvenes y la relajada y serena cosa de mayores. ¿es eso?

Sobrevalorado dijo...

Ni pienso eso ni he escrito eso. Creo. A los Pains les faltan grandes y rotundas canciones que se distingan unas de otras, para que su sonido guitarrero y saltarín no acabe pasado un rato sometido por la monotonía. Ami juicio, ahora mismo, son un excelente grupo para 45 minutos de actuación, como hicieron en el PS de 2009.

Por otra parte, los referentes 'adultos' y 'elegantes' que cito, como Roxy Music, me acompañan desde la adolescencia, así que no creo que sean sonidos para puretas.

Anónimo dijo...

Concert esplèndit, una pena no haver-lo vist, estimat sobrevalorado. Curiosament també em van sorpendre les camises a quadros i vaig patir per en Bejar dalt de l'escenari. Però la seva música no em va decebre.

Simpar M.

Sobrevalorado dijo...

Ja és estrany que no ens veièssim, entre que érem pocs i que tinc un radar especial per les dones distingides. Cel.lebro que li agradés el concert tant com a mi.