No, no se trata de un puente festivo más largo de lo habitual. Y no, no he ido a los Alpes a esquiar. Como decía el chiste del elefante y el ratón, “es que he estado malito”. Quizá tenga algo que ver en ello mi apretada agenda musical de la semana pasada...
Anyway, en el capítulo anterior nuestro héroe se hallaba a punto de acampar en la sala Apolo con motivo del Primavera Club. Tras un gran lunes y un martes de baja, el miércoles hubo que hacer un esfuerzo para acudir a la llamada de uno de los iconos de juventud de este cronista: los granadinos Lagartija Nick.
Para más inri, la cita era de éstas tan de moda en las que el artista interpreta íntegro uno de sus discos esenciales. En este caso, no había dudas: tenía que ser ‘Inercia’, de 1992. Así que, dopado con ibuprofeno y paracetamol, allí que fui.
Menos de media entrada, un público peculiar, alejado del gafapastismo festivalero, y los valencianos Le Jonathan Reilly como teloneros. No presté demasiada atención, así que me limito a reseñar que tocaban deprisa con ese encanto de los jóvenes amateurs.
‘Inercia’ es uno de mis 10 discos españoles favoritos, y me lo sé casi entero, así que obviaré el componente nostálgico-sentimental del acontecimiento. En la formación actual, Antonio Arias –voz y alma mater- deja el bajo a su mujer, Lorena, y araña una guitarra. La otra queda para Victor G. Lapido –como Arias, ex 091- y hermano del mejor cantautor rockero de España. El batería es el de siempre, Erik Jiménez, también en Los Planetas.
Estas explicaciones sobre la formación vienen a cuento de lo bien que suenan y lo rápido que siguen tocando, que tiene su mérito. El único pero posible hay que ponerlo a la galopante afonía de Arias. Hace años que no le escuchaba en directo, así que no sé si ha perdido voz o estaba medio enfermo, como yo. En cualquier caso, lo dio todo. Y presentó a la banda en catalán rebautizándola como Sargantana Nick.
Recuperaron enterito el disco, con tomas fantásticas de ‘Rock’n’roll zine’, ‘Pornostereo’ o ‘Satélite’, y añadieron cuatro o cinco temas más. Total, una hora y cinco minutos. Ya lo habrán escuchado (sobre todo las mujeres): lo bueno, si breve...
Estuvo realmente bien; lástima que mi precaria salud me impidiera enloquecer más durante el concierto. Bueno, así me acuerdo de todo, no como otras veces. A lo que iba, el festival seguía esa misma noche y las siguientes, pero las garras de la enfermedad me privaron de más festivalitis hasta el sábado por la tarde. Una velada en el Auditori que bien me podría haber ahorrado a la vista de cómo estoy ahora. Pero ésa es otra historia...
Tema del día: 'Rock'n'roll zine', LAGARTIJA NICK
3 comentarios:
Tremendo concierto muy por encima de las medianías que muchas veces nos tenemos que tragar.
Y entre tanto pop, un motivo para reconciliarse con el punk-rock... o lo que demonios sea el Inercia que es un disco como la copa de un pino!!!
demasiado ruido pa mis orejas
Oh, lagartija, qué cabronessssss
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