lunes, 8 de octubre de 2007

Ofertas de empleo



Tras los dos conciertos a los que he asistido este fin de semana, he estado muy tentado de poner sendos anuncios de ofertas de empleo en la prensa, con objeto de cubrir una plaza de técnico de sonido -para La Habitación Roja- y de foniatra -para el cantante de Love of Lesbian-, habida cuenta del mucho trabajo que tendrían.


Primero una cosa y luego la otra, como dijo Josefina cuando Napoleón se presentó com el conde de Chantilly. Contra lo que puedan imaginar, Sant Vicenç dels Horts no es un trabalenguas, sino un pueblo a unos 12 kilómetros al sur de Barcelona que el viernes pasado acogió en el polideportivo municipal un festivalillo de desconocidos grupos locales. La guinda del pastel era la actuación de Love of Lesbian, también oriundos de la localidad y objetivo de la excursión.


Esta banda, tras tres álbumes en inglés que les situaban en el pelotón de seguidores de Cure, Chameleons o Psychedelic Furs, vio la luz hará un par de años, cuando se pasó al castellano a la vez que ampliaba la paleta de sonidos en pos de una identidad más personal. Este viraje, que arrancó entonces con 'Maniobras de escapismo' puede darse ya por consolidado con 'Cuentos chinos para niños del Japón', editado este año.


Perlas de pop inteligente, arreglos originales, letras irónicas y un buen directo consiguieron que la actuación discurriera por la senda de la excelencia hasta que empezó a hacerse palpable lo que ya advertí hace meses en otro bolo del grupo: el cantante se queda sin voz. No del todo, eso es cierto, pero la garganta de Santi Balmes se desfonda a la cuarta canción, con lo que el resto del repertorio queda algo lastrado.


Una lástima, porque pese a ello, una actuación de Love of Lesbian tiene miga. Especialmente, el rush final, en el que interpretan las temas más esperpénticos de su cancionero, se disfrazan -véase el collage de arriba- y hasta montan con el público "la primera conga indie". Posiblemente, los Flaming Lips del Baix Llobregat, necesitados al igual que los de Oklahoma de un foniatra para el vocalista.


Flashforward. Sábado noche, Razzmatazz. Bien, madrugada del domingo porque el concierto de La Habitación Roja, en horario de club, arrancó a las 3 de la mañana. Duró una hora o poco más, pero dio lo mismo, porque los asistentes padecimos el peor sonido que servidor recuerda en años. Se oía fatal, con las guitarras empastadas, el bajo confundiéndose con el bombo y las voces sobresaturadas.


Con una hora de actuación, no entiendo cómo no se pueden solucionar este tipo de problemas. O al menos, intentarlo. Porque tampoco se apreciaron tentativas, ni subidas ni bajadas de volumen. En el mes de junio, cuando los valencianos actuaron en Mephisto, un antro de la Ciudad Condal orientado al heavy metal, me dio por pensar que el desastroso sonido guardaba relación con el equipo del local, habituado a propuestas más rudas. Ahora ya sé que no. Se busca técnico, por lo tanto.


Tema del día; 'Me amo', LOVE OF LESBIAN


2 comentarios:

Anónimo dijo...

los ilegales cantaban HACER MUCHO RUIDO ES MUY DIVERTIDO

Anónimo dijo...

Algunos festivales son también una lotería sonora, recuérdelo