Pasó el puente, que en mi caso ha sido más bien un despeñarse. Todo empezó el miércoles por la noche en la sala KGB con el regreso de mis idolatrados Fleshtones, y tan alto subí que desde entonces todo ha sido caer. En fin, todo el que quiera saber lo que es un concierto de rock'n'roll de la vieja escuela no debería nunca perderse a estos neoyorquinos en directo.
Hace dos décadas, ya fue la bomba verlos en el entonces Zeleste, hoy Razzmatazz, con episodios como sentarnos todo el público en el suelo siguiendo las órdenes del vocalista, Peter Zaremba, o la cara de susto de éste cuando mi querido O.E. le zarandeó por las solapas al grito de "¡¡¡Sha la la la la!!!!". A principios de los 90, repetimos en KGB, donde ya hicieron lo del otro día, bajar por la escalera de caracol desde los camerinos tocando sus instrumentos y soliviantando al personal.
Quien esto escribe y algunos amiguetes llegamos a este grupo en nuestra adolescencia gracias a, agárrense, 'Despedida de soltero' (1984), una chiflada comedia protagonizada por el entonces payasete Tom Hanks. Nos lo pasábamos tan bien viéndola, que el tema principal de la película se convirtió en uno de nuestros himnos juveniles. Fin de la batallita.
En fin, que los Fleshtones rozan la cincuentena y, aunque luzcan frescos, la edad está ahí. Digo esto porque el tipo que vendía camisetas en un mostrador antes del bolo y con el que mantuve una interesante conversación de urinario -no pregunten- era el propio cantante del combo. Y yo pensando que era el road manager o algo así. Joder, cómo hemos cambiado.
En lo que no se notan los años es en la actitud sobre el escenario. Casi dos horas de rock'n'roll, rhythm'n'blues, soul y garage, entre otros géneros, a velocidad estelar, dándolo todo, sudando, bajando a la platea, cruzando la sala, subiendo a la barra, soplando la armónica, aporreando el teclado... Mucha tela para un cuarteto -guitarra, bajo, batería y voz- mondo y lirondo.
Yo, sólo con verlos, acabé cansadísimo. Y ellos, tan frescos. De hecho, tocaban al día siguiente en Murcia, con lo que 700 kilómetros de carretera no se los quitaba nadie, y al cabo de un rato coincidí con ellos en un garito rockandrollero en la otra punta de la ciudad. Costaba dilucidar quién iba más fino, la verdad, si ellos o nosotros. Lo dicho, son unos héroes.
Tema + vídeo del día: 'American beat 84', THE FLESHTONES
1 comentario:
Afloja, que siempre te pones fino
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