martes, 29 de diciembre de 2009
Peldaño a peldaño
martes, 22 de diciembre de 2009
Ya me puedo morir
martes, 15 de diciembre de 2009
Menú degustación
Un año más, pasó el Primavera Club, el hermano invernal -bueno, otoñal- del Primavera Sound, gran oportunidad para degustar propuestas poco conocidas y paladear sensaciones anheladas. La novedad de este año -hablo de Barcelona, no de Madrid- era que desaparecían las sesiones de tarde en el Auditorio del Fórum, sustituidas por una pléyade de actuaciones en distintas salas de la ciudad (Bikini, Jamboree, Monasterio, Sidecar), además de la clásica sede central situada en las dos plantas de Apolo.
Arranqué el jueves, solo, en Bikini para un doble cartel bastante atractivo: The Pastels (en la foto) y The Black Heart Procession (bonito nombre, pardiez). Los primeros, una leyenda del pop escocés de los últimos 80, se mostraron tímidos y apocados, aunque más solventes instrumentalmente de lo imaginado, para despachar una horita de canciones en una onda de la que han bebido gente como La Buena Vida, Teenage Fanclub o, más recientemente, The Pains of Being Pure at Heart.
Lo cándido de los Pastels no tuvo nada que ver con el rock pantanoso, maldito y telúrico de The Black Heart Procession. Iba a irme al poco, pero me atraparon esos aires del lado oscuro de la tradición americana y me quedé hasta el final trasegando cerveza. Salí impactado.
Llenazo en Apolo el viernes para ver a Devendra Banhart, cantante hippie de irregular trayectoria cuyo punto álgido ha sido salir con Natalie Portman. Famoso por sus marcianadas, ofreció un bolo digno de un chiringuito mediterráneo al atardecer, todo suavidad y sin estridencias. Vamos, como Chambao. Mas en un momento dado le entró el virus del r'n'r y empezó a imitar a Led Zeppelin. Servidor y X. emigraron a La 2 y se deleitaron con el intemporal pop de guitarras de The Ladybug Transistor, herederos de los Go Betweens y artífices de deliciosas píldoras de tres minutos.
De vuelta a la sala grande, ya más vacía, el dibujante de comics y estrella del antifolk JeffreyLewis nos deleitó con canciones que iban con gracia del punk al foc de camp -sí, es difícil- con el añadido en algunos casos de proyecciones en una pantalla de dibujos alusivos a la canción en cuestión. Divertido y desengrasante.
Sr. Chinarro actuó el sábado con un repertorio exclusivamente tomado de sus discos noventeros, por lo que recuperó viejas joyas como 'Sal de la tarta', 'Quiromántico' o 'Cero en gimnasia'. Reemplazó a su guitarrista por un chelo, lo que dotó al conjunto de más lirismo en su sonido en general, aunque algunas ocasiones concretas pedían una guitarra ahí bien puesta y no los acordes del curso CCC que desgrana Antonio Luque. Estuvo simpático, por cierto, y luce una barbaza que le queda regular.
Cada año hay un grupo de punk pop no ya amateur sino directamente de instituto que no sé cómo se cuela en la programación del PC. El año pasado fue una broma llamada Mika Miko y en esta ocasión, un trío de mozalbetes que se hacen llamar So Cow. Al principio me parecieron flojos, pero al final, directamente malos. No obstante, La 2 andaba repleta a esas horas, por lo que barrunto que si subo yo a dar berridos en calzoncillos la gente se hubiera quedado igual.
Otra posibilidad es que aguardaran a que se fueran los críos para ver a, atención, A Place to Bury Strangers. Significa 'un sitio para enterrar a los extraños', ni más ni menos, y llegaban precedidos de una leyenda tremendista sobre tapones par aguantar el volumen ensordecedor y no sé qué monsergas. A la hora de la verdad, unos imitadores demasiado miméticos de los Jesus and Mary Chain del 85, que no hacen tanto ruido y que no suenan más originales que Triángulo de Amor Bizarro. Punto a favor: Un impactante juego de luces que ayudaba mucho a la consecución de atmósferas lóbregas.
Vídeo del día: 'Not just words', THE BLACK HEART PROCESSION
lunes, 14 de diciembre de 2009
Luces y sombras
lunes, 7 de diciembre de 2009
En la encrucijada
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Cateto a babor
lunes, 30 de noviembre de 2009
El que no se consuela...
viernes, 27 de noviembre de 2009
La televisión es nutritiva
Se me había pasado hablarles de 'Dead set', una descacharrante producción británica de sólo cinco episodios -cortitos, menos el primero, que dura 45 minutos- que cuenta cómo se vive en la casa del Gran Hermano inglés... mientras los zombis han invadido el resto del mundo. Y me he acordado porque anoche, haciendo zapping, llegué a preguntarme de dónde sale tanto imbécil para concursar en la edición española de GH.
Si quieren ustedes ver una aguda y lúcida crítica a la televisión basura y al fenómeno GH, no se pierdan esta serie. Si les gustan las pelis de zombis al estilo '28 días después', tampoco. 'Dead set' ofrece entretenimiento, mala leche, ironía, sang i fetge y además está muy bien realizada. Aquí se nos escapan estos detalles, pero cuenta con abundantes cameos de concursantes reales del GH británico y hasta de la presentadora del show, lo que le da un aire verista muy conseguido. De hecho, se aprovechó una expulsión auténtica del reality para usar planos del tinglado y del gentío.
En el Reino Unido la emitió el canal de pago E5 y aquí hizo lo propio Canal Plus hace unos meses. He leído en algún sitio que Cuatro la tiene en cartera a la espera de emisión. Y siempre tienen ustedes el vasto mundo de internet a su disposición para encontrar un atajo si la espera se hace demasiado larga. No se si me explico.
Vídeo del día: 'Parklife', BLUR
jueves, 26 de noviembre de 2009
Adiós, jugón
martes, 24 de noviembre de 2009
Bajando el pistón
martes, 17 de noviembre de 2009
Venganzas y traiciones
lunes, 16 de noviembre de 2009
Apatrullando la ciudad
martes, 10 de noviembre de 2009
Concierto 2.0
lunes, 9 de noviembre de 2009
Esto no es un documental
lunes, 2 de noviembre de 2009
Creo que sí
Creo que me ha gustado 'Inglourious basterds', pero tampoco acabo de tenerlo claro. Vamos, que mala no es, pero me ha provocado una serie de sensaciones encontradas, aunque puede que todo obedezca al agotamiento con que llegué al cine. Pero no hablemos de mí.
Hablar de una película muy personal en el caso de Tarantino puede parecer un pleonasmo, pero es que el autor de 'Jackie Brown' parece haber reunido sus filias y haberlas condensado en dos horas y media de cine que alternan fases de altura con momentos de despiporrio, que diría el gran Poli Rincón.
Tras la chorrada para echarse unas risas con sus amigotes -nadie más le vio la gracia, imagino- que fue 'Death proof'', Tarantino vuelve con sus mejores líneas de diálogo desde 'Pulp fiction'. Ahora bien, servidor considera que, a la hora de sentarse a escribir, el amigo Quentin debía de andar algo distraído, porque hay escenas memorables. incluso antológicas -como la que abre el largometraje- y otras que, pudiendo ser sublimes, avanzan más a bandazos que otra cosa. Me refiero en concreto a la de la taberna, que todo el mundo aplaude unánimemente, y a la que, llámenme pejiguero, le veo demasiado las costuras.
Por lo demás, un pasote divertido. Si ver cine en versión original es obligatorio, en este caso no hacerlo supone no sólo el oprobio de pertenecer a la masa borreguil amante del doblaje sino perderse el festival idiomático y de acentos que propone 'Inglorious basterds'. Hablada en inglés -bueno, el dialecto de Tennessee del personaje de Brad Pitt se le parece-, francés y alemán, la irrupción del italiano resulta de los más descacharrante de la cinta. Detalle gratuito: el cameo de Mike Myers como oficial británico -Dios, si parece Chaplin en 'El gran dictador'-, que se lo podrían haber ahorrado.
Puntazos a favor: Uno, el actor austriaco Hans Landa como oficial de las SS resulta simplemente extraordinario, con una creación llena de matices, terrorífica y divertida a la vez. Y dos, la anacrónica inclusión en la banda sonora del tema de David Bowie para la versión ochentera de 'La mujer pantera', que me puso las pilas.
Ahora bien, el que espere un relato histórico que siga sentado. O un film bélico a la usanza clásica. Esto es más un spaghetti western que cambia Nuevo México por la Francia ocupada, al más puro estilo Sergio Leone en 'Hasta que llegó su hora'. Sólo que, si el director italiano no era mucho de mover a la risa, Tarantino en cambio quiere carcajadas en la platea.
Vídeo del día: 'Crystalised', THE XX