Dos años después, volví al teatro. Eso sí, de gorra, porque el arte de Esquilo y Sófocles sale por un pico, y puestos a gastar, tengo mis prioridades en otros campos, como los seguidores de estas páginas pueden atestiguar. Acompañando a mi amiga A., que tuvo el detalle de llevarme, me planté en la remozada Sala Villarroel a ver 'Los mejores sketches de MontyPython'. La entrada, por cierto, sale entre 21 y 24 euros.
Claro, dicho así, suena fantástico. Pero ni John Cleese ni Michael Palin ni Terry Jones ni ninguno de los otros miembros del grupo se ha trasladado por el momento a la Ciudad Condal. La realidad es mucho más prosaica y el espectáculo es una adaptación española de algunos números extraidos de 'Flying Circus', el programa televisivo que los británicos elaboraron entre 1969 y 1974.
Ya sé que a caballo regalado no le mires el dentado, pero hay que decirlo. El espectáculo es flojito. Los gags que mejor funcionan son aquéllos que un seguidor medio de Monty Python ya conoce. Por otra parte, la adaptación al español -no tanto el idioma como el público- de determinados golpes profundamente ingleses, como los jueces empelucados y esa obsesión tan británica por el travestismo, no funcionan.
Claro que el rarito debo de ser yo, ya que toda la platea se partía de risa en cuanto un actor pisaba el escenario. "Buenas noches", y la gente se descojonaba. En fin, acháquemoslo a mi escasa sintonía con el teatro estos últimos años, pero los cinco actores -Carles Castillo, Richard Collins-Moore, Antonio de la Fuente, Carlos Heredia y Ángel Ruiz - me parecieron de lo más discreto, con la salvedad de uno de ellos, al que, desgraciadamente, no puedo poner nombre. Diré al menos que aparenta ser el más joven de todos.
El montaje, puesto en pie por la colaboración de dos compañías -Yllana e Imprebis- y dirigido por Joseph O'Curneen y Santiago Sánchez, viene de pasar 15 meses representándose en el madrileño Teatro Alfil. O mucho ha cambiado esa sala, que hace años solía ofrecer propuestas más rompedoras, o el efecto 'clubdelacomedia' se extiende cual virus por el mundo escénico.
Mi recomendación es que, por un poco más, compren en DVD la serie completa de Monty Python. O, ya en internet, acudan a youtube para buscar gags concretos. Y descubrirán cosillas, como que el montaje incorpora un pasaje del descacharrante discurso de John Cleese en el funeral de su compañero Graham Chapman. El acto, al igual que la recopilación teatral, concluye con el canto (y silbido) de 'Always look on the bright side of life'.
Sketch del día: 'Dead parrot', MONTY PYTHON
3 comentarios:
Ángel Ruiz, querido, el actor que más le gustó se llama Ángel Ruiz.
Y yo, que también he visto el espectáculo, afirmo: es cierto, el público en general se ríe a mandíbula batiente sólo con ver a un Guardia Civil cateto en escena, a un sacerdote apollardao o a un magistrado con liguero y cuero negro.
En fin, el público se ríe de los tópicos, aquí y en la Gran Bretaña.
joder, me mondo con el gag que has puesto
¿Qué coño es apollardao?
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