jueves, 28 de junio de 2007

Las ventajas de ser de aquí



Las estadísticas señalan que la musiquilla y la pequeña pantalla son los dos asuntos a los que este blog dedica mayor atención. Para no contradecir esta tendencia, el soliloquio de hoy versa sobre ambos: Anoche vi en Digital + la película 'Glastonbury', sobre el festival homónimo que se celebra en Gran Bretaña desde 1971. El film recoge fragmentos de actuaciones de los últimos años, pero sobre todo, material documental sobre el público asistente durante 36 años. Creo que me van a faltar palabras...


Cifras: En España, el festival que más público atrae es el Viña Rock, con unas 40.000 personas, que recientemente se mudó de Villarrobledo (Albacete) a Benicàssim y se celebra a finales de abril. Bien, Glastonbury acogió la semana pasada a 148.000 almas. Sus dimensiones, obviamente, son enormes, y se desarrolla en una zona de prados del sudoeste de Inglaterra. El evento coincide con San Juan, ya que en principio nació como una reunión hippy vinculada al solsticio de verano.


Durante años, se celebró de forma paralela a otro festival similar en Stonehenge, el conjunto megalítico que inspira a los druidistas y otros zumbados con escaso apego al jabón. Bien, Stonehenge acabó como el rosario de la aurora -tremendas imágenes de los hippies molidos a palos por la policía- y el organizador de Glastonbury acogió generosamente a toda la tribu de lo que la peli llama 'viajeros' (travellers) y que son esos perroflautas sin oficio ni beneficio que viven en furgonetas.


Durante décadas, los travellers fueron el signo de identidad de Glastonbury, y contribuyeron a hacer del recinto una especie de república independiente de cuatro días donde imperaba la anarquía y el (supuesto) buen rollo. Hasta que los incidentes y la creciente agresividad llevaron a un divorcio traumático que el documental recoge de manera sensacional.


Lo mejor de todo esto que explico es ver y escuchar al sr. Glastonbury en persona, Michael Eavis. Un hombre tranquilo y de buen corazón, al que le han hecho las mayores perradas del mundo, y no guarda rencor a nadie. Después de 36 años, el hombre sigue en la brecha, con un evento superprofesionalizado, pero es admirable su visión idealista del asunto.


En cuanto a la romántica imagen que algunos tienen de los 'travellers', los conocedores del FIB de los viejos tiempos no olvidarán su presencia en los aledaños, que convertían en el mayor zoco de estupefacientes del continente. Cada primavera merodean también por las Alpujarras, en Granada, sin que falten anualmente accidentes y muertes extrañas.


Volvamos al film. El inmenso recinto del festival acoge cinco o seis escenarios 'oficiales' y un sinnúmero de carpas, tiendas, entarimados, etc. que dan la oportunidad no sólo de escuchar conciertos sino de contemplar todo tipo de espectáculos. La peli muestra un amplio ramillete, aunque el genuino espectáculo de Glastonbury es el barro.


Siempre llueve -poco o mucho-, así que el barrizal es descomunal. Y, dada la afición la bebida del inglés medio, los resultados son imaginables. Además de alcohol, el documental ofrece una selección de perjudicados por distintas sustancias que no tiene parangón. Como enciclopedia audiovisual de las drogas y sus efectos también resulta valioso.


Ah, la música. Desde que la BBC graba las actuaciones para emitirlas posteriormente, casi todos los grandes han pasado por Glastonbury. El film cuenta con fragmentos de shows de David Bowie, Radiohead, Björk, Primal Scream, Blur, Babyshambles, Morrissey o Chemical Brothers entre otros. Entretenido es.


Visto el documental, extraigo la enseñanza de que nunca iré a Glastonbury. No me gusta el barro, ni dormir en una tienda, ni la lluvia ni las hordas de ingleses. La suerte que tengo, con el Primavera Sound o el Summercase, de asistir a un festival de primer nivel y descansar en mi cama no tiene precio. Creo que lo valoraré más y me quejaré menos.


Tema del día: 'Human behaviour', BJÖRK


5 comentarios:

Anónimo dijo...

LUCHA EN EL BARRO!!!! ESO SÍ QUE MOLA!!!!

Anónimo dijo...

Matar hippies en las Cíes (siniestro total)

Anónimo dijo...

¿No te gustan los ingleses? ¿Y las inglesas cabroncete?

Anónimo dijo...

Sobrevalorado, ¿has pensado en la idea de ponernos algún enlace con vídeos o música de alguna de tus recomendaciones? Así, para amenizar
Mer

Sobrevalorado dijo...

Mi querida Mer, lo he pensado, pero los días tienen la duración que tienen.

Apelo a la inquietud de los lectores de este blog para que descubran por sí mismos, que siempre es más emocionante, alguna joya entre las pistas que ofrezco.