jueves, 29 de noviembre de 2007

Vuelve el afterpunk



Como lo prometido es deuda, paso a contarles mis impresiones sobre una de mis recientes adquisiciones musicales: 'Mantaray', de Siouxsie. Notable alto, quién lo iba a decir a estas alturas de la vida, para la nueva entrega de la diva gótica. Ya sin The Banshees y sin The Creatures, aunque con alguno de sus viejos socios como Budgie, editó en 2005 un DVD en directo repasando lo mejor de su carrera.


Y ahora llega un álbum que no desmerece respecto a las mejores cotas de su trayectoria. Un electro rock con los toques dark marca de la casa y esos arreglos misteriosos que imprime a sus mejores temas conforman un sonido moderno pero con el aroma a clasicismo de las grandes obras. Uf, qué grandilocuente.


Para entendernos, podría ser un cruce entre Goldfrapp y los últimos Depeche Mode. Con mejores canciones que la última entrega de éstos, añado. Ahora que tan de moda está hablar de postpunk, no está de más recordar que ella fue la reina del afterpunk con un listado de temas intachables que pocos igualarían en los 80.


Mi carta a los Reyes Magos de este año va a recoger la petición expresa de un concierto de Siouxsie en la Ciudad Condal. Ya vi uno en el 91 y quedé encantado. Por cierto, el otro día me sacaron de un error y aprendí, 20 años después, que se pronuncia 'Suzy' -sí como Suzy Quatro- sin ninguna 'x' de por medio. Que lo sepan.


Y cambio de tercio. Esta mañana he visto la cola en torno a la FNAC para adquirir las entradas de Bruce Springsteen, y que no me esperen. Bien, las colas no tienen que ver en eso, es simplemente que no tengo nada de ganas de ver a ese señor, que no me cae mal y es un pedazo de artista. El problema es su público.


Pasar más de tres horas de concierto junto a 95.000 fans de Springsteen es una de las peores perspectivas que se me ocurren. Hace dos tardes escuché por la radio a un joven que decía haber asistido a 78 conciertos del de New Jersey -sí, hay que estar colgado, sea de quien sea-; el chaval justificaba su demencia en que Bruce no es sólo un tremendo músico, sino que es una excelente persona, que se preocupa de la gente y que lo importante no es tanto lo que canta sino el mensaje que transmite.


Este ejemplo de buenrollismo con camisa de rayas no hay quien lo aguante. Este blog sostiene la teoría desde hace años de que a los fans más ultras de Bruce Springsteen no les gusta la música. les gusta Bruce Springsteen. Seguramente conocerán ustedes alguna excepción; vale, yo también, pero me reafirmo en la idea básica de que la mayoría de esos devotos acuden a una sola iglesia.


Esta absurda teoría de servidor reza también, aunque quizás no tanto, para U2. Hagan la prueba.


Tema del día: 'Into a swan', SIOUXSIE

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Habrá que escuchar a Siuxsie. Y ojo con Bruce, que reparte dos tazas de caldo

Anónimo dijo...

Si no te llega la música de Bruce y de U2 es que tienes un problema

Anónimo dijo...

Buenooooooooooo... ya llegaron los islamistas de san Bono y san Bruce