martes, 27 de marzo de 2007

Ritmo de la noche

Notición noctámbulo: La Generalitat ha dispuesto que el horario de discotecas y similares se pueda alargar en Cataluña una hora más, con lo que el cierre tendrá que echarse no a las 5 como ahora, sino a las 6. El motivo de que los padres de la patria hayan entrado en razón no es otro que la constatación de que decenas de miles de jóvenes ebrios haciendo tiempo en la calle a grito pelado hasta que abra el metro o pase el bus resulta algo molesto para los vecinos.

Esto que resulta tan obvio podría haberse arreglado con algo tan sencillo como potenciar el transporte público nocturno, pero claro, eso cuesta dinero y nos dicen que no hay. Pues si esto no es una prioridad a la hora de invertir, y no el carril bici de las narices, ya me dirán qué lo es. Porque el que la fauna nocturna tome el metro o el autobús tiene un efecto colateral nada desdeñable, la reducción de la siniestralidad. Efectivamente, si uno sabe que puede ir y volver por la noche sin necesidad de coger su vehículo, posiblemente lo haga.

Y lo hará tanto por los peligros que acarrea conducir perjudicado por el alcohol o lo que sea como por el miedo a la multa, la pérdida de puntos o la retirada de carnet. Sé de lo que hablo porque soy, lo reconozco, uno de los que circula en moto de noche por la Ciudad Condal con una tasa de alcohol en sangre superior a la permitida. No presumo ni estoy orgulloso de ello, pero lo admito. A modo de disculpa, diré que vagar a pie por la noche en Barcelona, aunque uno viva en un sitio relativamente céntrico, resulta de lo más agotador.

Porque, claro está, coger un taxi a la hora de cierre de los clubs es como lo del madrileño que vino a Barcelona y se negaban a hablarle en castellano. Todo el mundo conoce la historia, pero a nadie le ha pasado. Y ojo, que no se trata de algo exclusivamente catalán.

Este último fin de semana, en Madrid, servidor ha caminado lo que no está en los escritos hasta alejarse del eje Malasaña-Chueca lo suficiente para abordar un taxi. Y en un caso, hasta vivió un hilarante episodio de disputa por el vehículo, que se zanjó milagrosamente con la decisión de compartir la carrera. Así que bien puede hablarse de quimera a la hora de fiar a un taxi la vuelta a casa a una hora tardía.

Pero como no se puede tener todo, el alargamiento de horarios no afectará a bares, pubs y antros de similar catadura. Así que, mucho me temo, el sector más joven y con menos recursos, que no puede pagar la entrada de un a discoteca o un club, seguirá paseando la cogorza por las calles y alegrando la noche a los vecinos. Casualmente, o no tanto, este segmento no suele votar en las elecciones, ya sea por minoría de edad o por desdén.


Tema del día: 'Vamos muy bien', OBÚS

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Litros de alcohol corren por mis venas mujer!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Lo mismo, mismito dice Elena.