Me tomo unas horas para digerir los resultados del referéndum sobre el Estatuto andaluz. Desde luego, el Estatut catalán fue, por muchos motivos, un caso de impericia política al más alto nivel, pero claro, siempre hay alguien más torpe que te deja en buen lugar. ¿Que la participación en Cataluña fue baja? Pues nada, en Andalucía votó el 36,28% del censo.
En la tierra de la barretina, el debate previo a la aprobación del texto fue, cuando menos, encendido, y se saldó con la pirueta final de ERC, cuyos dirigentes negociaron el apoyo al texto para luego ser desautorizados por las asambleas de base. Resultado: a pedir el no cuando antes se decía sí y a salir del Gobierno. Eso sí, pese a la humillación de que tus militantes te enmienden la plana, no se conocen dimisiones en la cúpula republicana.
Como ya no vivo en la tierra de la gracia y el salero, polémicas en cuanto al texto no conozco muchas, salvo lo de 'realidad nacional', que tampoco me parece tan polémico. Es un invento y ya está. Bueno, y lo del plagio de unos cuantos artículos del texto catalán que, curiosamente, el PP y ese iluminado que atiende por Defensor del Pueblo han recurrido ante el Constitucional y ya veremos cómo acaba. Pero nada, menudencias.
Así que la situación ahora sí que es graciosa. Me acuerdo por ejemplo de la obstinada oposición a casi todo el Estatut catalán por parte de dirigentes del PSOE como Rafael Simancas, al que no le he oído decir esta boca es mía con el legajo que viene de Sevilla. Por si alguien no lo recuerda, Simancas es ese candidato a la Comunidad de Madrid que pierde elecciones una y otra vez -como Raimon Obiols-, y, cuando gana, resulta que -él y no otra persona- ha metido en sus listas a dos corruptos que cambian de bando el día de la investidura. Este inútil se hizo mucho la víctima, pero de afrontar su responsabilidad y marcharse a casa, nada.
Pero como mi naturaleza es maligna, voy a anotar lo que de verdad me maravilla: La provincia con el resultado más bajo de participación ha sido Cádiz (30,88%). Ahora bien, si se circunscribe el asunto al área de la Bahía -la capital, San Fernando, El Puerto de Santa maría y Chiclana-, sólo pasó por las urnas el 26% del censo. ¿El motivo? El Carnaval. Bien, a ver si dejamos de llenarnos la boca de 'cuna de la democracia' y toda esta retórica vacía y hacemos algo, amigos de Cái, porque la teta de Astilleros no durará toda la vida. ¿O sí?
Iba a dejarlo aquí, pero me he dado una vuelta por el ciberespacio peridístico andaluz y no me resisto a una prórroga. Por un lado están los paniaguados del poder que llevan años viviendo del cuento, una situación que ocurre en cualquier sitio donde lleva gobernando casi 30 años el mismo partido. Vamos, que en el País Vasco pasa lo mismo, y así ocurría también en Cataluña hasta hace tres años.
Dicho lo cual, están los que se consideran independientes del poder malvado y omnímodo de la Junta, una especie de Resistencia francesa que se opone al 'régimen'. Y lo llaman así. Lo de las elecciones les debe parecer una antigualla. Si, con conocimiento de causa, escribiera lo que no me gusta del PSOE andaluz, mis obras completas se venderían al peso. Pero si gana una y otra vez, algo tendrá que ver la inutilidad de la oposición, digo yo. Y si además acusase al presidente de la Junta de espionaje en primera página, o me aseguraría de tener pruebas concluyentes, o dimitiría, como sí hizo un periodista en Sevilla cuando le alteraron las crónicas del 'caso Arny'. Del mismo diario, por cierto.
Tema del día: 'Let's impeach the President', NEIL YOUNG
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