martes, 13 de febrero de 2007

La culpa la tuvo De Boer

La planificación con la que intento llevar esto del blog saltó el otro día por los aires cuando, en la cola del cine, me informaron de que me quedaba sin ver esa noche mi película elegida. No la avanzo, para no perder el efecto sorpresa el día en que finalmente escriba sobre ella. Bien, el segundo plato fue 'El libro negro', de Paul Verhoeven, un tipo excesivo que me cae simpático por obras como Los señores del acero, Robocop, Desafío Total o Starship troopers.

Esperaba más del film, un thriller sobre la Resistencia holandesa durante la ocupación nazi. Entre lo mejorable, un guión que al final no deja de dar vueltas de tuerca alargando el metraje hasta las dos horas y cuarto. Excesivo, a todas luces. Lo mejor, sin dudarlo, la presencia y la interpretación de Carice van Houten, una mujer imponente y una actriz excepcional. Y eso que mi neerlandés lo tengo algo abandonado...

El toque Verhoeven se deja sentir en la recreación de la violencia, cruda y realista, pero no tanto en el sexo. Vamos, que me esperaba yo algo más subido de tono, y encontré en su lugar un toque erótico más años 40. Y cuidado, este hombre no se corta: En El hombre sin sombra dejó en la sala de montaje la escena en la que el hombre invisible que encarnaba Kevin Bacon violaba a una vecina de muy buen ver.

A posteriori, me entero de que Zwartboek (título original) está basada en una historia real en torno a un tipo apellidado.... De Boer!!!. No me extraña -lo de que sea verídico-, ya que los buenos y malos en sentido estricto pocas veces guardan relación con la realidad, y ésta, más que en blanco y negro, se pinta en grises varios. Viene esto a colación porque la película muestra que, durante la ocupación nazi, Holanda no fue el reducto de héroes que la propaganda francesa, por ejemplo, ha querido hacer creer sobre su país.

PD: Repasando un interesante blog sobre fútbol, http://www.diariosdefutbol.com/, leo un comentario crítico que no me resisto a reproducir: "Sinceramente, estos textos me recuerdan a los clásicos blogs personales que inundan internet con el argumento de 'soy la hostia y debo hacerlo público, la Humanidad necesita saberlo'. La vida privada del señor XXXXX me interesa muy, pero que muy poco". Discrepo. Efectivamente, yo tengo un blog porque 'soy la hostia y debo hacerlo público, la Humanidad necesita saberlo'. Si no, ¿para qué hacer un blog?

Tema del día: 'Amsterdam', JACQUES BREL

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